Aziraphale que está acostándose con Crowley de manera desordenada todo el día. Hasta que Aamón llega a tocar la puerta de la librería.
Ugh. ¿Todos tienen que hacer esto siempre?
Pues...
Aziraphale protesta sin querer que Crowley, que estaba haciendo una cosa maravillosa, pare.
Pues es lunes por la mañana, parece un buen momento para... abrir un comercio.
Va tomar unos minutos, pero ahí va Aziraphale a reñir al cliente que toca... en bata.
Crowley se ha quedado haciendo... demonios en las sábanas. Aziraphale se envuelve en su bata de batik de los años 40s y abre la puerta de mala gana, protestando un poco porque además está todo despeinado
Aamón está en la puerta, vestido todo de negro con su bufanda rosa (por algún motivo) mirando su reloj.
—Oh... Uhm... días.
—Oh... Aamón! ¡No te esperaba aún para nada!
—No, no... ya sé que es lunes y todo eso. Vengo a... saber qué dijo ayer.
—Ehh... Ugh. Vale. A ver. Pasa, pasa. Crowley está arriba.
Aamón entra como le ofrece, quitándose el sombrero y la bufanda.
—¿Te? Crowleeeeey! ¡Aamón está aquí!
Claro, ahora seguro que baja. Mira como corre.
Aziraphale se cierra bien la bata pero no se viste, porque quiere bañarse, ofreciéndole sentarse en el sillón y esperando la respuesta respecto al te.
—No, no...
—Ehm... bueno, voy a poner agua igualmente a calentar. Ahora bajará Crowley.
—¿Por qué mejor no me cuentas?
—Contarte te cuento... sí que vino.
—Lo sabía... ¿Y qué dijo? —se va tras él.
—Pues... no estaba feliz en lo absoluto. Hubo un pequeño malentendido.
—¿Malentendido?
—Pensó que seguías aquí y como no atendí a la puerta del todo rápido... asumió que Crowley era tu novio.
Aamón se lleva las manos a la boca.
—B-Bueno... eso no es... malo del todo. O sea... cuadra un poco.
—Terminó llorando en sus brazos.
Aprieta los ojos con eso.
—Llorando, quebrado del todo. No sé si tu estrategia sea la mejor...
Traga saliva.
—¿Seguro que no quieres un té? —pregunta sirviéndose una taza—. Aclaramos el punto un poco más tarde, de que Crowley está conmigo y tú sales con otro... se calmó.
—Ya... ya sé qué... o sea, no sabía propiamente que... Lo que digo... ¡Oh! Me venía bien que pensara que era Crowley.
—Si querías que estuviera en pánico lo has conseguido... es decir, yo sé que quizás le conoces mejor que yo incluso, pero él es siempre el más ecuánime, tranquilo, centrado, sereno... nada le afecta. Yo nunca le había visto así —le extiende una taza con té—. Hmmm... el asunto de Crowley... ahora hay otro lío.
—¡Qué va a ser sereno! ¿Sabías que una vez me descorporizó SOLO porque le gané al backgamon?
Aziraphale parpadea.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.