Es que no puede ni responder. Le pega la risa al ángel, sin duda, ¡pero igualmente está indignado aunque se ría!
Se le nota, se le nota la indignación.
Que síiiii!
—Igualmente... q-quería saber...
—¿Qué? —sonríe aun el demonio. Aziraphale sonríe un poco también pero, carraspea un poco. Crowley se abraza al cojín que le ha tirado, mirándole.
—M-Me... t-tocaste.
Aprieta los ojos... luego los relaja tomando aire con profundidad y trata de sonreír.
—¿Cuándo?
—Cuando me tocaste, Crowley. ¡Sabes perfectamente bien cuando! —protesta sonrojándose porque no es tan fácil esta conversación.
—Lo que digo es que lo he hecho varias veces así que esperaba un poco más de concreción.
—¿C-Concreción? —le mira, humedeciéndose los labios y tratando de NO pensar en Crowley haciendo esto varias veces con... gente. Era... TAN intenso con él, todo esto, que era imposible no... sentir algo al respecto.
—Sí, a cuándo te refieres.
—Ohhh! —el ángel PERDIDO —. C-Cuando me tocaste en... mis partecitas privadas.
—P-Partecitas. Really.
—Little... human, private... sexual, parts.
—Ok. Por favor, sigue. Porque como te encalles aquí cada vez va a ser peor.
—¿Pues cómo quieres que las llame? —frunce el ceño.
El demonio le mira... intensamente con cara de "no quieres que yo conteste a eso" Aunque ahora le ha dado curiosidad.
—Estás pensando una guarrada... solo yo te pregunto eso a ti —aprieta los ojos.
—Por favor, vamos a superar esta parte de la conversación con la poca dignidad que nos queda.
—Vale, vale. Para variar avergonzándote de mí... —refunfuña haciendo los ojos en blanco—. ¿Entonces?
—Insisto en que no me dices por qué momento preguntas.
—S-Sabes... si necesitamos aclarar ese punto, quizás... sea mejor no explicarlo.
La mirada que le echa el demonio, moviendo la cabeza a un lado.
—¿Q-Qué... ?
—No vas a dejarlo ahora así.
—Pues... n-nunca me habías tocado así, Crowley.
—Bueno... digamos que estamos en... o sea... cambiando un poco las cosas aquí.
—¡No! ¡No me digas! Vamos, que si no me dices... ¡no me doy cuenta!
—¿Entonces dónde está la maldita sorpresa?
Aziraphale parpadea sin esperarse esa respuesta porque... estaba jugando con el sarcasmo. Se humedece los labios.
Es que Crowley está teeeeenso. Todos están teeeeeeeeensos.
—Lo... siento —susurra un poco regañado mirándose las manos.
Crowley aprieta los ojos y se levanta, porque por sigue sin poder estar cinco minutos en la misma postura y esto le relaja. Camina hasta la tele y trastea quién sabe qué ahí.
Se frota un poco las piernas poniéndose las manos en las rodillas, sin mirarle y la verdad sin saber qué hacer. Quizás... debía poner un poco sus emociones y sentimientos en orden en vez de solo lanzárselos a Crowley.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.