Belcebú... ¿va a subir a la reunión? La reunión semanal.
No, ahora no va a subir para nada porque ya sabe que no va a ver a Gabriel. De hecho puede que ahora no le vuelva a hablar como castigo, a ver si se asusta. ¡Porque joder!
Lo que no se es... Como va a subir su cuerpo y meterle en la oficina de Gabriel
Pueden discutir eso o podría subir a su... reunión. Ejem. Y esconderse. Opina Crowley.
Esa... no es tan mala idea. De hecho, podemos empezar por ahí, por Belcebú pidiendo ver a Gabriel, temprano en la mañana para su junta de los martes.
Aunque va a tener la reunión con Miguel. ¿Va a... poseer a Miguel luego?
Poseer a... Miguel. ¿Te refieres para salir de ahí? Hmmm... No, es muy arriesgado.
Hasta encontrar a otro ángel al que poseer ¿Pues cuál es el plan?
Bajar y poseer a uno de los dos ¿No puede bajar así sin cuerpo?
Sí, claro, pero ¿no parece un poco... arriesgado?
Ugh ugh ugh. Vale. Vale... Pues ahí va con cara de aburrida a preguntar... de hecho pregunta directamente por Miguel y le llevan al despacho de ella.
Belcebú mira de reojo la puerta del despacho de Gabriel.
De hecho, ahí está, tecleando en el ordenador. Levanta la cabeza al verla pasar.
Belcebú casi se detiene de caminar, mirándole con bastante fiereza, porque no esperaba verle tan pronto.
Gabriel parpadea y carraspea, volviéndose al ordenador como si hubiera pasado cualquier otro.
Belcebú frunce el ceño con ese movimiento y ahora si se detiene y vuelve. De hecho, metiendo la cabeza en su despacho.
Daniel, que es quien la acompañaba, se detiene también yendo tras ella y diciéndole que no puede hacer eso.
—¿Ahora ni hola?
—¿Disculpa?
—Ahora ni hola me vas a decir.
—No.
Belcebú frunce el ceño aún más.
—What the fuck!?
—No has venido a verme a mí.
—¿Y qué?
—No saludo personalmente a toda la gente que pasa por aquí o no trabajaría en lo absoluto —hace un gesto a Daniel, frunciéndole el ceño.
—Yo no soy toda la gente.
Daniel se acerca a Belcebú sin atreverse a tocarla, pero es que esa mirada de Gabriel...
—No sé qué quieres que te diga.
—You are an arsehole, you know?
—Alguien... tiene que serlo.
Belcebú le mira unos cuantos segundos fijamente y piensa que, para colmo, se ve sumamente guapo. Él le sostiene la mirada.
—Lo que tú digas —saca la cabeza de la oficina, odiándole un poco la verdad.
Gabriel se sonroja un poco y traga saliva, mirándola a través del cristal. Ella no le mira esta vez, levantando la nariz, con toda su aura del príncipe del infierno encendida. Suena tocata y fuga de fondo.
Gabriel aprieta los ojos y se asegura a si mismo que así es como debe ser y está seguro que eso que suena no estaba en la infinitamente desesperante lista de villancicos de spotify.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.