Gabriel se pasa las manos por los ojos, nervioso mientras los demás van saliendo. Raguel se levanta y se recarga en la mesa, sonriendo un poco. Gabriel levanta la mirada hacia él, nervioso.
—Gabriel... —le llama con suavidad y afecto.
—Ya, ya me imagino lo que me vas a decir. Pero cuando os pido esto no es porque me sienta mal o esté estresado, Raguel, tengo... tengo motivos. Por favor, concededme este favor.
—Si quieres mantenerte al margen y dices que tienes motivos, te creo... Y respeto tu decisión, solo me preocupan las razones que te llevan a ello.
—Sé las... conclusiones que vas a sacar de esto, especialmente después de toda la conversación, pero... esas razones...
—Gabriel, tu eres un líder nato, fuerte, centrado y... a veces incluso un poco más astuto de lo que deberías. Así te hizo nuestra señora.
Gabriel le mira.
—Por lo que sea que estés pasando, recuerda que... es parte del plan. Si hay algo difícil, debe estar ahí por algo.
Gabriel gira la cara.
—De hecho, cualquier cosa que esté ocurriendo, me alegra enormemente que te esté pasando a ti y no a algún otro de nosotros, sé que los demás saldríamos muchísimo más lastimados.
—No creo que no vaya yo a salir lastimado —susurra dramáticamente. Raguel le pone una mano en el brazo y se lo aprieta un poco.
—Seguro vas a salir lastimado, pero sé que encontrarás la forma de sobrevivir... quizás no de la forma que quieres, o de la forma que crees, pero de la forma en que ella quiere. Y... nos enseñarás a los demás el camino.
—A lo mejor ya es tarde para mí...
—Gabriel, no, no lo es. De hecho, yo quería... hacer un plan contigo un poco más elaborado con la información que nos diste de tus investigaciones.
—¿Qué? —le mira de reojo, porque es que dice eso porque no sabe todo lo que ha hecho.
—Y más aún con lo que ha dicho Azrael... quizás sería importante que alguien fuerte, centrado y confiable... pruebe y sepa realmente qué tan peligroso es...
—¿Qué tan peligroso es... qué? —Le mira fijamente.
—Todo. Hasta donde podemos llegar...
—Me parece que eso sería arriesgar demasiado.
—Justamente por eso te lo estoy pidiendo a ti.
—¿Y qué pasa si... caigo?
—¿Crees que nuestra señora te hiciera caer por salvar a todos los ángeles del cielo?
—Creo que me haría caer por no ser lo bastante fuerte para pasar su prueba.
—Pero eres lo bastante fuerte, Gabriel, no tengo la más mínima duda.
Niega con la cabeza, mirándose las manos.
—No me pareció nunca que la inseguridad fuera uno de tus problemas... quizás deberías rezar un poco.
—Rezar me alivia, pero no me detiene.
—Quizás tu misión sea no detenerte.
—¿E ir contra las normas de ella?
—No sería la primera vez que vamos contra las normas de ella cuando es lo que se nos comanda.
—Pero ella no me ha comandado nada.
—¿Y cuándo fue la última vez que nos comandó algo directamente, Gabriel?. Lo que hace ella es ponernos las cosas en el camino Aun así... me parece bien que seas precavido. Tómate tu tiempo, analízalo... estoy seguro de que vas a salir fortalecido de esto.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.