Igualmente, esta escena con quien empieza es con... unas moscas porque Belcebú me da un poco de miedo cuando las cosas no van como ella quiere. No teman.
¿Cómo vamos a no temer?
Pero por ahora... hay una interesante cantidad de moscas deliberadamente acosando a Gabriel hoy.
Gabriel empieza a estar un poco harto de ellas porque la gente le mira raro.
Después de un bueeeen rato es que suena su teléfono.
Nah, pasa de su teléfono, de eso va esto, si no era muy fácil.
Mierda. Las moscas se intensifican y hay un punto en que incluso parece que tuviera un propósito.
Está de retiro espiritual, Bú, déjale respirar o las va a empezar a matar a chasquidos de dedos.
"Buuuuuuu" Deja de ser encantador y ven a hablar con ella cinco minutos.
No.
Ugh. ¡Solo cinco minutos!
No. Las está apartando amablemente...
Ugh, es tan frustrante.
Eso no se lo quita nadie.
Que ni crea que lo hace más encantador. Una monja le pide ayuda en el huerto con voz algo vacía y hueca y un poquito zumbante...
No sé si está... bueno, vale, va a negarse igual.
Ugh ¿Y si no sale nunca más? ¿Y si se pasa los próximos dos mil años haciendo esto? Belcebú empieza a ponerse... ehm... nerviosa. Vamos, por no decir, genuinamente histérica.
—Gracias de todos modos, Dios la bendiga, hermana.
Ugh, ugh, ugh. ¿Por qué no podría al menos ayudar a la monjita?
Está... yendo a... otro sitio.
¿A qué otro sitio?
Otro sitio, ¿vas a perseguirlo?
No está yendo con otra, ¿verdad?
Mmmm...
¡Sí! ¡Ahí están las moscas otra vez!
Vas a perseguirlo. Sigh.
¡Pues claro que va a perseguirlo! Si solo ha venido aquí a verle, a hablar con él y a tratar de averiguar si va o no a... un día largarse para siempre. ¡Y si ese día es hoy o fue hace diez días!
Aparta las moscas con suavidad aun mientras anda por las calles.
Ahhhh, espera, ¿por las calles? Vale, no... por las calles no solo le siguen las sigue ella
Está en la tierra. No. La va a echar.
Le sigue ella sigilosamente.
¿Crees que no siente las presencias malignas?
¡No es maligna! Ugh ¿Por qué no quiere verla? Vale, las moscas le siguen y ella le observa desde lo alto de un edificio.
Atrapa una de las moscas con un gesto rápido.
¡Joder! Vale, vale, ¡síganle menos de cerca!
Gabriel gira un callejón con la mosca en la mano y hace como un jaulita con las manos. Se la acerca a los labios. Belcebú traga saliva.
—No quiero que me sigas ahora, Bú. Voy a matarlas a todas como no me las quites de encima —le susurra a la mosca.
Buuuú, no puede cuando la llama Bú. Es su kriptonita.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.