Ugh. Aziraphale vuelve a mirar su teléfono, después de buscar a Crowley con la mirada por vez 2749, sentado en el bar.
No hay respuesta.
—¿Dónde veo los mensajes de la... mujer esa?
—En la... aplicación, la que parece una llama.
—¿Una llama como las que hay en Perú?
—No. Una llama como las del infierno.
—Oh... —diez minutos para encontrarla, como mínimo—. ¿Vas a beber algo? O... tampoco.
—No puedo creer que estemos en un bar tomando una copa, esto es tan pecaminoso...
—No es pecaminoso, es pasar desapercibidos. De verdad, no te va a pasar nada —le sonríe.
—Algunas de estas hasta tienen alcohol... —es que no para de persignarse.
Aziraphale sonríe un pelín más, pero puede que sea la sonrisa más decente que ha hecho en toda la tarde. Porque mira que gracioso es que esté preocupado por esto... el alcohol se había inventado hacía como dos mil años. Y él había tomado tanto que ni siquiera recordaba... cuanto sería. Vuelve a buscar a Crowley alrededor.
—¿Y has visto como las prepara este señor aquí detrás del mueble? Son como malabares. Mira, mira... esta es de dos colores... mira y ahora hace una de esas con hielo y plantas.
—Bueno, es divertido, ¿no crees? Pidamos dos... Puedes elegir la que quieras.
—¿Qué? No, no, no, no, no —se echa atrás y se persigna otra vez cuatro o cinco veces.
—Sandalphon... relájate. De verdad llamas más la atención haciendo eso que realmente bebiendo —se levanta—. Te traeré una.
—¡No! Nononono.
—En serio es muy extraño que no bebas NADA.
—¡Ni se te ocurra irte! ¿Y si se me acerca una ramera?
Aziraphale hace los ojos en blanco.
—Créeme, es más probable que venga más gente contigo si no bebes, a si bebes... es RARO que no bebas.
—¿Qué tendrá eso que ver?
—Pues pensarás que eres alguien extraño que requiere... algo más que una simple bebida. ¿Podrías confiar un poco en mí?
—Siento que solo me llevas al camino del pecado... ¡esta ropa y todo!
—Es que tienes la idea de que todo lo qué pasa en la tierra es pecado y no lo es.
—Eso es lo que diría un pecador. Desde luego esto no es rezar en una iglesia.
—Es imposible conocer a los humanos si no hace uno lo que hacen ellos. Limpia tu corazón, y verás que, aún haciendo cosas normales, no pasa nada.
—¡Mi corazón está limpio! ¡No sé lo que insinúas! —protesta y de repente el teléfono vibra.
—Si lo estuviera lo bastante, no estarías preocupado —pega un saltito
—¿Cómo voy a no estar preocupado de hacer cosas pecaminosas?
—No es nada pecaminoso beber una copa con un amigo.
—Eso es justo lo que diría un pecador —repite.
—Si así fuera, TODA la humanidad estaría perdida.
—Claro que no, hay muchas más actividades que no son... estas.
—¿Cómo cantar en el coro de una iglesia? Por favor, no puede toda la humanidad dedicarse a ello.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.