Belcebú los desapareció.
No, solo se iban.
Yo no sé, Gabriel, porque le dejas a ella hacer esto. Ah.
Andando.
¡Andando!
Creo.
Que iluso. Belcebú no anda más de cinco metros. Va a chasquear los dedos a la primera oportunidad y a aparecerles en... un cementerio así como en... Transilvania.
¡No! Ugh, le va a meter una broooonca.
Wtf ¿¡por qué?!
¿Dónde están entonces?
En el cementerio Úzvölgye.
Gabriel parpadea una... dos... y tres veces.
—¿Qué ha pasado?
—¿De qué?
—Estábamos... ¿Dónde estamos?
—En dónde dijiste que querías estar.
—Dije que... ¿Has pagado la comida?
—¿Hacer qué?
—Pagar. La comida.
—Oh... No.
—Vamos a volver ahora mismo a hacerlo.
—What? No.
—Oh, sí.
—¡Ya estamos aquí! Venga... olvídate de ellos —le abraza del cuello.
—No, le he prometido a ese chico que lo pagaría —igualmente la rodea de la cintura.
—Ya irás a pagarle luego —se va DIRECTO a sus labios.
Pues vas a besarle mientras vuelve a Londres.
Mierda. No era esa la idea. Debe separarles alguien que les golpea al andar por Picadilly Cirus.
—Ugh, Gabriel!
O a lo mejor han aparecido en otro lado porque el beso lo desconcentró.
¿Dónde?
No lo sé... a... ¿Paris?
Ohh My Satan...
Gabriel parpadea otra vez porque esto sigue sin ser Londres. Belcebú se sonroja porque... ¿Eso del fondo es la Tour Eiffel?
—Ugh. No me desconcentres, demonio.
Vale, eso la hace sonreír y volverle a buscar un beso. Se lo devuelve esta vez sin intentar ir a ningún sitio.
—Así no vamos a llegar nunca a ningún sitio —susurra separándose tras un poquito.
—No es algo que me preocupé demasiado.
—Pero a mí sí —vuelve a chasquear los dedos para ir a Londres.
—¿En serio puedes chasquear los dedos para VENIR y no chasquearlos para pagarles?
—El problema es que he dado mi palabra, así que tienen que ser... CONSCIENTES.
—Lo serán cuando lo cuenten todo.
—No, tienen que saber que he sido yo, no vale con que solo les cuadre la caja. Podrían pensar que has sido tu... o que han contado mal.
—¿Y por qué han de tener tan claro que has sido tú?
—Porque lo he prometido y mi palabra tiene un valor.
—Ugh... vale, vale... Deja de hacer drama —Belcebú suspira con esa declaración.
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Sin City
Humor-Lo sé, ¡¡Por el amor de Dios!! Pero no podemos hacer tonterías -protesta Aziraphale, preocupado. -Tampoco nos extralimitemos -responde Crowley levantando las manos hacia él-. No estamos como para exigirnos más de lo que somos capaces.