Capítulo XXXI: He confiado en las mentiras y en los hombres

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El silencio se había hecho en todo el comedor hasta que la profesora McGonagall se levantó y llamó al chico para que fuera con los demás campeones

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El silencio se había hecho en todo el comedor hasta que la profesora McGonagall se levantó y llamó al chico para que fuera con los demás campeones. Gracias a la sorpresa nadie había notado la expresión de terror en el rostro de Elynne. Quien sabía a la perfección que Potter no había puesto su nombre en el cáliz, lo cual agravaba la situación aún más.

Desde la prudente distancia había sido espectadora como año tras año, el chico ponía su vida en riesgo. Sus primeros tres años lo había ignorado, sin importarle mucho que le sucedía, o si vivía o no. No lo odiaba como gran parte de sus compañeros por derrotar a Voldemort, pero tampoco era de su simpatía al ser un león mestizo. Sin embargo, desde el año anterior había prometido cuidar de él a un buen amigo, el cual sabía que el chico era un imán para los problemas.

— No puede pasar un año sin que San Potter quiera llamar la atención— exclamó Malfoy con desprecio—. A ver que habrá hecho para engañar al cáliz.

— Potter no tiene cerebro para haberlo hecho— comentó Maverick con sorna—. Por favor, ni siquiera puede hacer una poción o hechizo bien como para burlar la línea de edad de Dumbledore, y peor, confundir al cáliz para ser el cuarto campeón.

— Seguro alguien le jugó una mala broma— terció Parkinson al darle la razón a Selwyn—. O solo quizás alguien lo quiere muerto, y que mejor manera que accidentalmente mientras compite.

— Repite eso— soltó Elynne preocupada por sus palabras, al cobrar sentido para ella.

— ¿Estás bien? —notó Draco que la chica se encontraba pálida y extrañamente preocupada.

— No, no lo estoy— respondió de golpe poniéndose de pie, al haber terminado la celebración, y caminar como el resto de los chicos hacia la salida del gran comedor.

— Me preocupas— la alcanzó Malfoy posando su brazo en su hombro—. Mira no entiendo porque lo defiendes de mí, pero preocuparte por él de esa manera no es normal.

— Le prometí a alguien que cuidaría de él— le confesó sin poder ocultarle muchas cosas a su mejor amigo—. Sé que lo odias, pero lo prometí, y ahora se me hará más difícil cumplir esa promesa.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora