Capítulo LIII: Aunque le dieran calabazas

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Los deberes atrasados de toda la semana por estar demasiado ocupada llorando, y el entrenamiento semanal que tenía los domingos, fueron la excusa que la chica necesitó para pasar el fin de semana en el barco de Durmstrang, o encerrada tanto en su ...

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Los deberes atrasados de toda la semana por estar demasiado ocupada llorando, y el entrenamiento semanal que tenía los domingos, fueron la excusa que la chica necesitó para pasar el fin de semana en el barco de Durmstrang, o encerrada tanto en su habitación como en la biblioteca. Andaba con tantos pergaminos encima que ni siquiera Draco o Maverick pudieron reclamarle posponer la conversación que tenía pendiente con Diggory.

La conocían lo suficiente para saber que verla aceptar que tenía que hablar con el tejón, no era ni por asomo parecido a que se armara de valor para hacerlo. Pero, aun así, la dejaron tranquila el resto del fin de semana, al saber lo importante que era para ella pasar sus TIMOS con buenas calificaciones, solo con ellas podría salir del país y conseguir una buena profesión una vez huyera de casa.

No obstante, al llegar el lunes se precipitaron en abordarla en la cena una vez terminaron las clases, provocando que la chica los ignorara por completo disfrutando su comida, limitándose a asentir sin escucharlos realmente. Esa mañana les había asegurado que en cuanto se pusiera al día esa semana buscaría al tejón, aunque tanto ella como sus amigos sabían a la perfección que solo aplazaba lo inevitable.

— Si voy a su mesa solo me ganaré su desprecio público— comentó la azabache llevándose un trozo de ternero término medio a su boca con una sonrisa arrogante.

— No puedes negar que si lo hace lo tienes bien merecido— exclamó Parkinson disfrutando ver a la princesa de Slytherin considerando disculparse con alguien más que no fuera Draco, siendo un espectáculo digno de ver en primera fila—. El chico casi te suplicó que por lo menos te lo follaras sin compromiso para no perderte, y no te importó rechazarlo de frente— añadió encogiéndose de hombros ganándose una mirada de molestia de parte de sus amigos por tal comentario tan sincero, haciéndolos casi arrepentirse de contarle todo a la bruja.

— Tú sí sabes cómo animar a alguien— le agradeció con notable sarcasmo en su voz.

— En realidad tiene un punto— comentó Nott en esa ocasión apuntándole con el tenedor—. Yo ni por el mejor sexo del mundo volvería con una chica después de tratarme de esa manera.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora