Capítulo LXXVI: Llora pequeña niña

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Su reflejo le devolvía la mirada notando el rubor que se había instalado en sus mejillas, sin poder recordar la última vez que se encontró nerviosa, ansiosa y temerosa por ver a un hombre

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Su reflejo le devolvía la mirada notando el rubor que se había instalado en sus mejillas, sin poder recordar la última vez que se encontró nerviosa, ansiosa y temerosa por ver a un hombre. Ni siquiera la primera vez que se atrevió a besar a Severus sintió algo parecido, ni mucho menos cuando después de muchas escenas de besos y caricias le dio lo que ansiaba de él. Sintió miedo por aquellas nuevas sensaciones.

Dudaba si lograría confundirla acerca del amor que sentía por Cedric, pero se encontró negando y sonriendo al recordar al castaño, sin haber disminuido su amor por él, aun quería seguir adelante con su compromiso, ver hasta donde los llevaría, como lograrían sobrellevar la vida que se imponía ante ellos. Sin el miedo a fallar, se sentía más segura que antes con su noviazgo, compararlo a lo que sentía en ese instante era inútil, no era nada parecido.

Podía comparar su amor por Cedric a un sentimiento que la llenaba desde el fondo de su corazón, hacia el cual el chico había logrado llegar con paciencia y dedicación, aceptando cada parte de ella sin juzgarla. Él era más de lo que había esperado cuando aceptó su primera cita en el expreso Hogwarts sin saber que terminaría allí con un anillo en el dedo, después de haberse negado tanto a ello. Aquella joya era la prueba de que tan lejos había llegado por él.

Observó su mano mientras se apartaba del tocador al haber terminado de peinar su cabello casi seco, después de tomar un largo baño mientras esperaba la hora de bajar a ver a Lucius, como resultado de limpiar su cuerpo de las impurezas adquiridas después de tan largo día. Se desencantó por usar otros pantalones, de tela negra, y una blusa suelta blanca, que dejaba al descubierto sus brazos, mientras que en sus pies descansaba los mismos zapatos que el día anterior, al estar dentro de la casa y no tener razones para usar algo más elaborado.

Sin producir ruido alguno, salió de la habitación, cerrando la puerta tras de ella, y caminar con cuidado por delante de la recamara de Draco, al no saber si ya se había dormido, pero prefería evitarlo a tener que confrontarlo, y mentirle acerca de sus intenciones al salir tan tarde y arreglada. Apenas pudo soltar un respiro al llegar a las escaleras y bajarlas con cuidado.

Solo las tenues luces de las velas que se encendían mientras caminaba eran testigo de su escape casi a media noche, sin ella pensar que estaba haciendo. Si lo hacía de nuevo volvería a cuestionarse sus acciones, pero era difícil para ella haber mantenido la distancia al quedarse en su recamara, no después de haber probado las sensaciones que le provocaba Lucius Malfoy. Esa paz y tranquilidad que no sabía que tanto necesitaba.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora