El reflejo que le ofrecía el espejo era el que menos esperaba ver en un día tan especial como aquel, lucía casi irreal, su vestido era diferente a los demás que le habían confeccionado, era casi irreal, hermoso pero delicado. El color rosa pálido resaltaba su tez blanca, el matiz de su cabello color ónix, sin desentonar con los ojos color turquesa que poseían un leve delineador de ojos negros, que lograban darle más volumen de lo habitual.
Sabía lo hermosa que se encontraba, que su cabello se veía mejor que nunca, pero nada de eso evitaba que sintiera nervios por lo que celebraría ese día. Tendría que enfrentar a los del profeta, corazón de brujas, y otras revistas minoritarias para darles las fotos que necesitaban para hacer publico su compromiso. Los saludos falsos que venía con ello, la falsa de tener que fingir que era feliz con su familia.
Aun así, sonrió a su reflejo una vez los estilistas que había contratado su madre, la dejaron sola en la habitación. Necesitaba dejar de pensar en que le estaba dando una victoria a su familia, que en realidad se trataba de un compromiso con el chico al que amaba, uno que le permitían tener, era una victoria semiamarga.
Respiró profundo para evitar derramar algunas lágrimas y arruinar su maquillaje, para solo entonces caminar a la puerta segura de sí misma, repitiéndose por dentro que solo era una fiesta más, solo otro evento familiar al que asistir, y cuando todo terminara volvería al día siguiente como su novio a continuar siendo una pareja normal en Hogwarts, a pesar de que tenía la certeza de que su situación solo iba a empeorar a partir de ese día.
Sintió los pies más pesados de lo habitual al salir de la habitación, sin poder culpar a los tacones que llevaba, sentía que estaba dejando atrás todo por lo que había luchado gran parte de su vida. Aun así, no detuvo su andar, intentando prometerse que saldría de ello, que lograría sobreponerse como siempre lo hacía, y que en sí en algún momento solo quería salir corriendo, tenía alguien que no la dejaría caer en el abismo que conllevaba esa decisión.
Intentaba no pensar en cuanto había querido que Lucius estuviera allí, diciéndole algún comentario para calmarla en ese momento, asegurándole que todo estaría bien, incluso con solo verlo o tenerlo cerca podría aminorar los nervios que sabía que solo lo superarían los que tendría el día de su boda si llegaba a casarse. Aun así, bajó las escaleras sosteniéndose del barandal, y sonrió casi como un auto reflejo al ver a Cedric al pie de estas esperándola con un perfecto esmoquin costoso, que no necesitaba adivinar para saber de dónde lo había sacado.
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Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]
Fiksi PenggemarLa libertad es un derecho que algunos han tenido hace tanto tiempo que la han subestimado, y ignorando su verdadero valor, cuánto significa ser libre. Pero quienes han sido oprimidos desde su nacimiento, cuya vida han sido planeada desde la concepci...