Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo IV: Chica Mala

La temperatura en el interior del tren fue bajando paulatinamente mientras era inundado por una pequeña lluvia que terminó en un diluvio antes de que la azabache lograra regresar a su compartimiento junto con sus amigos. Ni siquiera se dignó a saludarlos al entrar y pararse delante de Parkinson, la cual estaba sentada al lado de Draco de manera muy acaramelada.

— Quítate, no voy a lidiar contigo ahora— le ordenó con una mueca de notable enfado en su voz, lo cual notó su mejor amigo de manera casi inmediata. No era costumbre que tratara a Pansy con tanta rabia.

— ¿Sucedió algo? —le preguntó el rubio en cuanto su compañera abandonó su lado, y su mejor amiga la remplazó. Sin decir nada recostó su cabeza en sus hombros y suspiró pesadamente—. Hey, Lynn...

— No hemos ni siquiera llegado a Hogwarts y ya mis hermanos comienzan a hacerme el año imposible— comentó abriendo su bolsa de tela para tomar una rana de chocolate y abrirla sin dejar que esta abandonara la caja—. Hunter intentó que fuéramos compañeros de ronda, seguro para controlar todo lo que hacía, o tener al menos una excusa para hacerlo, dado que sabe que no tiene permitido acercárseme.

— Sabías que eso era muy probable que pasara— expresó su hermano menor sin encontrarle la importancia a ello—. Desde que el profesor Snape lo tiene en su lista negra no ha podido controlarte.

— Que lo intente— soltó con una sonrisa burlona mientras Malfoy acariciaba su pelo con ternura en forma de apoyo—. Por lo menos tuvo suficiente sentido común para no insistir en que fuera su compañera...

— ¿Y quién será entonces? —preguntó Theo con suma curiosidad al saber lo poco que la chica se llevaba con el resto de su casa.

— Un chico de sexto año— respondió con una sonrisa pícara que le dijo todo lo que sus amigos necesitaban saber—. No es de Slytherin, y es lo único que sabrán...

— ¿Tan pronto ya tienes una nueva víctima? —le cuestionó Draco con despectivos celos—. Ni siquiera hemos llegado al castillo.

— Piénsalo bien antes de hacerme una escena de celos dragón— le advirtió quitando la cabeza de su hombro en espera de una respuesta—. Es un potencial juguete, solo si se atreve a aceptar mis términos, además como es prefecto también tiene su propia habitación, ni siquiera se acercaría a nuestra sala común.

— Sabes que puedes hacer lo que quieras, pero sé discreta por favor— aceptó el Slytherin sin poder molestarse mucho con la azabache, logrando que la chica besara su mejilla antes de recostarse en su hombro de nuevo.

— Mencionaste a nuestros hermanos, ¿acaso te encontraste a Anya también? —preguntó Maverick con curiosidad, teniendo una respuesta positiva al ver cómo su hermana mayor borraba su sonrisa.

— En resumen, me vio salir del compartimiento de los gemelos Weasley y amenazó con contarle a Hunter, y me llamó perra por amenazarla de acusarla con Snape si lo hacía— explicó sin guardarse muchos detalles al respecto, dado que todos los presentes estaban al tanto de lo mencionado.