La libertad es un derecho que algunos han tenido hace tanto tiempo que la han subestimado, y ignorando su verdadero valor, cuánto significa ser libre. Pero quienes han sido oprimidos desde su nacimiento, cuya vida han sido planeada desde la concepci...
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Las cuatro paredes que la rodeaban nunca se habían sentido tan pequeñas como en ese momento. Se había mentalizado para enfrentar a su padre al lado de Cedric, pero no dejarlo a solas con él, sin tener la certeza de que le diría, sobre que lo amenazaría, que se atrevería a decirle, o como se tomaría el compromiso del cual no habían hablado lo suficiente.
Desde el momento en que hizo pública su relación temía que terminaría así, por un solo instante quiso creer que tenía oportunidad de escapar, de tener una vida controlada por ella, se rio de la ironía de inocencia. De haberse dado la posibilidad de creer que podía dejar atrás su familia, que su padre la dejaría ir por las buenas, y ahora no solo ella pagaba por su error sino también el chico que adoraba, el primer hombre al que se permitía amar de manera plena, aunque le costara la libertad por la cual tanto luchó.
Intentó que el tiempo pasara con rapidez mientras caminaba por su recamara de un lado a otro, tomando un libro al que apenas prestó atención antes de dejarlo en su librero, e ir hasta el balcón y distraerse viendo el paisaje del jardín trasero que era más bien un bosque anexo al principal. Desde allí podía el camino que llevaba al laberinto de setos, uno de sus lugares favoritos de niña para perderse y molestar a su padre.
Los elfos siempre terminaban por buscarla y llevarla ante él cuando lo hacía. Al crecer los setos dejaron de ser un juego y pasaron a ser cómplices de sus escapadas con Draco, sonrió extrañando al rubio platinado, al cual, a pesar de haberlo visto el día anterior, lo extrañaba más de lo que imaginaba. Sonrió de lado, dejando que su mirada continuara extendiéndose por el jardín, después de los setos, donde descansaba un lago artificial, del cual no salía en el verano cada vez que la dejaban ir hasta allá, y no estaba ocupada en alguno de los compromisos sociales de su familia.
Intentó continuar calmándose con el paisaje cuando escuchó alguien tocar la puerta. No se permitió siquiera averiguar de quien se trataba al llegar al trozo de madera, colocar la mano en la manija y abrirla de golpe, encontrándose con quien esperar ver detrás de ella, no necesitaron decirse nada antes de la chica lanzarse a los brazos del jugador de quidditch para abrazarlo con fuerzas, recostando su cabeza en su pecho.
— Siento que tuvieras que enfrentarlo solo— se disculpó al soltarlo y dejarlo pasar a su habitación, mientras ella cerraba la puerta en busca de algo de privacidad—, no había previsto...