Capítulo XVIII: ¿No es gracioso como nos reímos para ocultar nuestros miedos?

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El enorme árbol delante los hizo detenerse por primera vez desde que salieron del castillo con discreción de no ser atrapados por algún profesor u otros prefectos, lo último que necesitaba Elynne era explicar a donde iba con tanta prisa

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El enorme árbol delante los hizo detenerse por primera vez desde que salieron del castillo con discreción de no ser atrapados por algún profesor u otros prefectos, lo último que necesitaba Elynne era explicar a donde iba con tanta prisa. Sonrió al ver el sauce boxeador por primera vez ese año, casi sin poder evitar recordar lo que había pasado el año anterior gracias a él.

— ¿Me trajiste a ver el sauce boxeador? —preguntó el tejón sin comprender a donde pretendía llevarlo la chica—. No me vas a decir que es tu planta o algo así...

— No seas iluso, no te alejes de mí— le advirtió caminando hacia el sauce con precaución de no despertarlo, mientras el tejón se cuestionó si seguirla era una buena idea, pero tampoco quería dejarla sola con un árbol asesino. Por lo que apresuró sus pasos al verla detenerse en una de las raíces de la base del sauce y tocarla, provocando que dejara de moverse por completo.

Sin que esperara a que la siguiera, Elynne entró a gatas por un hueco que aparentaba ser a simple vista una madriguera metiendo primero la cabeza, y se deslizó por una rampa de tierra hasta la boca de un túnel de techo muy bajo. Al caer, sacó su varita para lanzar un lumos y comprobar cómo poco después caía Cedric detrás de ella.

— ¿Qué es este lugar? —preguntó el chico con curiosidad observando el túnel sin encontrar una salida cercana.

— Un secreto muy bien guardado, ¿vienes? —lo invitó sonriéndole de lado—. Aun puedes arrepentirte...

— No voy a dejarte sola aquí— le aseguró sacando su varita y lanzando un lumos no verbal.

Las paredes del túnel se notaban un poco abandonadas, la bruja sabía qué hace meses que nadie pasaba por allí, sin embargo, no bajaba la guardia por si alguna alimaña se les cruzaba por el camino. Aun recordaba la primera vez que estuvo allí, asustada de que alguna criatura extraña la sorprendiera de repente, a pesar de que uno de sus amigos le aseguraba que no iba a pasarle nada en ese lugar.

Siguiendo el camino que recordaba, se mantuvieron caminando en silencio casi a media cintura hasta que sintieron que el túnel empezaba a elevarse para luego serpentear y finalmente ver un atisbo de luz al final a unos metros de ellos. No sintieron que el aire les había faltado hasta que salieron un pocos exaltados de un hueco que daba a una habitación algo desorganizada, pero extrañamente amueblada.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora