Capítulo LXVI: Entre cuervos.

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Solo avistar la mansión Selwyn era suficiente para que los seis meses en Hogwarts parecieran casi un sueño lejano del cual había sido bruscamente despertada, como solía suceder cada vez que Elynne volvía al lugar que ya no sentía como un hogar

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Solo avistar la mansión Selwyn era suficiente para que los seis meses en Hogwarts parecieran casi un sueño lejano del cual había sido bruscamente despertada, como solía suceder cada vez que Elynne volvía al lugar que ya no sentía como un hogar. El carruaje mágico que llevaba a los herederos de la mansión, a la entrada, se detuvo a pocos metros de la puerta, provocando que la chica suspirara considerando que no había pasado el tiempo suficiente con Cedric en el tren.

Al haberlo dejado pasar algunas horas con sus amigos antes de volver con ella. Lo cual los dejaban sin mucha privacidad, apenas se dieron un beso más al bajar del tren en modo de despedida. Sabía que volvería a verlo la mañana siguiente, que pasaría el día con ella, pero aún seguía con miedo a las consecuencias de ello.

Hunter fue el primero en bajar, arreglándose la túnica al hacerlo para luego ayudar a Anya a descender, y ver a los azabaches una vez la niña entró a la casa.

— Mav, papá quiere hablar con ambos antes de la cena, y hermanita, agradecería que llegaras a tiempo para cenar, vestida de manera adecuada— le ordenó a la chica que se limitó a asentirle con la sonrisa más falsa que pudo dedicarle.

En cuanto su hermano menor bajó del carruaje, lo imitó al atravesar las grandes puertas que se abrían con magia dado que, gracias a su gran tamaño, era imposible moverlas de no haber sido así. Con una mueca en su rostro notó como habían cambiado la decoración interior, como su madre solía hacer dos y tres veces al año, dependiendo de qué tan aburrida estaba.

En esa ocasión los colores vivos eran los protagonistas. La gran escalera principal había sido pintada con un rojo cereza, y se encontraba adornada con algunas flores blancas, que le parecieron nauseabundas en cuanto las notó. Intentó destrozar algunas de ella al subirlas, pero al hacerlo, volvía a restaurarse, un hechizo sencillo que evitaba que el recibidor fuera un desastre.

Sin tener ganas de encontrarse con alguno de los inquilinos de su hogar, llegó de manera inmediata a su habitación, en donde en una esquina descansaba su pequeña maleta de mano que no tardó en abrir y desempacar.

— Maldición— exclamó por la sorpresa en cuanto su elfina Mimi apareció delante de ella—. ¡Mimi!

— Lo siento ama Elynne, Mimi solo quería recordarle que la cena es una hora— anunció la elfina muerta del miedo, aminorando la rabia de la bruja antes de limitarse a asentir con la cabeza para que se fuera—. El amo Selwyn le informa que debe vestirse manera apropiada— añadió antes de desaparecer, y la chica casi reír al recordar que apenas llevaba pantalones, una camiseta, y unos zapatos sencillos, algo costosos como cada prenda que poseía, pero un poco común para su clase.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora