Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LVII: La verdad duele

Sin rumores ni noticias nuevas hasta la segunda prueba del torneo de los tres magos, la novedad del noviazgo de Elynne y Cedric continuó siendo noticia el resto de la semana. Con el pasar de los días dejaron de abordar a la bruja con preguntas al respecto, sobre todo después de que la chica se cansara y les reclamara por su espacio, sin querer acostumbrarse a ello.

Sabía que Diggory no era solo uno de los campeones del torneo, sino uno de los chicos más guapos del colegio, pero no por eso pensaba seguir tolerando el acoso de parte de sus compañeros, ni las miradas que solían darles en los pasillos murmurando al respecto sin importarle estar frente a ellos. El castaño intentó compensarla por la atención que ahora recibía, pero sin lograrlo, dado que apenas lograban verse entre comidas, ya sea acompañando a los amigos de alguno de los dos, y en las horas de estudios en la biblioteca, en donde apenas se miraban de vez en cuando antes de continuar con sus responsabilidades.

Por ello a pesar de pasar las noches juntos, no alcanzaban más que llegar a dormir cansados, sin poder permitirse cometer el error de agotarse y llegar tarde la mañana siguiente, como pasó la primera noche que se dejaron llevar por lo mucho que se extrañaban. Su relación no podía ser una distracción para sus vidas, tanto para ella que estaba cerca de tomar sus TIMOS, como los de él, quien tomaría su último curso el año siguiente, el cual definiría su futuro.

Aunque no era una gran diferencia a la relación sexual que llevaban antes. Quedando en desahogarse los fines de semana, al adelantar sus deberes todo lo que podían para dedicarse a ellos en las noches, y poder despertar tarde al día siguiente...

La habitación del chico carecía de luz al igual que la suya, por lo que no percibió el tiempo que transcurría hasta que se despertó con hambre, y al buscar su reloj de pulsera que solía llevar siempre, notó lo tarde que era. Maldiciendo por dentro por haberse perdido el desayuno, salió corriendo al baño a arreglarse con cuidado de no despertar a su novio.

Había previsto que terminaría levantándose tarde la madrugada anterior, cuando se dejó llevar por el deseo, e hizo el amor con el tejón hasta que ambos quedaron exhaustos y poco después dormidos. Ni siquiera recordaba la hora que era cuando decidieron que habían llegado a su límite.