Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LIV: Estaría perdida si me dejas sola

Más de una admiradora intentó llamar su atención mientras observaba el fuego de la chimenea de su sala común, aun pensando en lo que había sucedido hace unos minutos. No le había mentido, después de dos semanas lejos de Elynne, había comenzado a creer que esa iba a ser la última vez que le hablaría, intentó tener esperanzas, pero verla seguir adelante como si nada le hizo cuestionarse incluso si lo que sentía por él había sido real.

No podías seguir como si nada después de perder a alguien a quien dices amar, como lo hacía la Slytherin. Pero la semana anterior puso en duda si su comportamiento solo había sido una mentira, al verla apenas comer, y andar siempre con los ojos rojos de tanto llorar. En más de una ocasión quiso correr para consolarla, preguntarle qué le sucedía, pero cada vez que lo intentaba, su mejor amiga lo detenía, asegurándole que mantener las distancias era lo mejor.

Al verla hace dos días de nuevo respuesta, se cuestionó si la razón de su llanto era él, y no algo más que le hubiera sucedido, perdiendo de nuevo la fe en poder recuperarla, por lo que en el momento en que fue hasta él en su mesa en el gran comedor, no pudo evitar quedarse fuera de sí. Era casi irreal verla buscarlo para hablar, y aún más que le pidiera perdón arrepentida de haber terminado con él.

Estaba dispuesta a darle lo que quería, una relación formal, que todos supieran que estaban juntos. Sonrió con arrogancia sin poder evitarlo, amaba a esa mujer, pero poder presumirla, que todos supieran que era suya, no solo como su juguete sino como su pareja, era algo que le daba cierta satisfacción. Como estaban antes no tenía derecho a sentirse celoso por la manera en que los chicos la miraban, incluso cuando ella no se daba cuenta, pero una vez salieran juntos los mirarían con envidia, mientras que él tendría a la chica que de la que ha estado enamorado desde hace años.

— ¿Qué quería la zorra? —le pidió explicaciones Macavoy en cuanto entró con sus amigos a la sala común y se acercaron a él—. ¿Volver a follar contigo como antes?

— Cuidado de cómo te refieres a ella— le advirtió el castaño disgustado por la manera en que hablaba de su chica.

— Por favor, ¿en serio vas a defenderla? —exclamó con incredulidad—. ¿Acaso olvidaste cómo te humilló?, terminó contigo, aun cuando casi le suplicaste que no lo hiciera, lo cual te repito, fue una idiotez.