Capítulo XXIV: Puedo ver el final como un comienzo.

630 64 57
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus músculos dolían como si estuvieran en carne viva, su piel le escocía casi lo suficiente como para preguntarse sin aun la llevaba unida a su cuerpo, podía saborear su propia sangre en sus labios, e incluso olerla, no lograba escuchar nada a su ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus músculos dolían como si estuvieran en carne viva, su piel le escocía casi lo suficiente como para preguntarse sin aun la llevaba unida a su cuerpo, podía saborear su propia sangre en sus labios, e incluso olerla, no lograba escuchar nada a su alrededor, y su movilidad motriz era nula, pero lo peor era el dolor de sus órganos internos que la hacía casi desear estar muerta. Tres crucios tan fuertes y en tan cortos periodos de tiempo le cobraron factura a corto plazo.

No recordaba cuanto tiempo llevaba inconsciente, ni siquiera recordaba bien en qué momento el dolor fue demasiado para mantenerse despierta, solo esperaba que no hubieran usado su condición como excusa para que se quedara más tiempo en su casa. Intentó moverse de manera leve antes de que el dolor en todo su cuerpo la arrasara de nuevo, provocando un grito sordo de su boca.

— No te muevas— escuchó a su hermano en voz baja, lo sentía a metros de él, lejos, demasiado, pero supo que no era así al sentir como tomaba su mano de manera suave—. Estarás bien, te prometo que estarás bien— le aseguró con una preocupación y dolor en su voz que la alertó al instante al nunca haberlo escuchado de esa manera—. No hagas movimientos innecesarios.

— ¿Seguimos en casa? —preguntó con voz baja sin aun abrir los ojos.

— No, claro que no— exclamó el azabache con rabia—. Casi llegamos a Hogwarts, papá quiso que te quedaras para que no llamaras la atención, pero le prometí que nadie te vería así en el castillo— dijo con la voz quebrada—. ¿Qué fue lo que pasó? —rompió casi a llorar al sentirse impotente de no poder defender a su hermanita.

— Papá es un maldito bastardo— se limitó a responderle logrando abrir los ojos y notar que en efecto se encontraban en unos de los vagones del expreso Hogwarts—. Debí traerme alguna poción para el dolor, no puedo moverme sin que me duela hasta las uñas de los pies.

— Lynn— la llamó para que le respondiera—. Fui a levantarte en la mañana, y no despertabas, intenté de todo hasta que papá confesó que te había dejado así después de castigarte... fue más grave que antes...

— Discutimos— exclamó con la boca seca antes de su hermano acercarle una botella de agua para que tomara de ella y notar de manera inmediata como el chico tenía el labio partido—. ¿Qué te pasó? —preguntó preocupada.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora