Capítulo XXXIX: Los hijos que nunca quise tener

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Sin dejarse incomodar por la conversación con los leones, y dejándolos con grandes dudas, que esperaba que Weasley les saciara, regresó caminando por el pasillo directo hacia las mazmorras, para poder terminar los deberes que tenía atrasados del d...

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Sin dejarse incomodar por la conversación con los leones, y dejándolos con grandes dudas, que esperaba que Weasley les saciara, regresó caminando por el pasillo directo hacia las mazmorras, para poder terminar los deberes que tenía atrasados del día anterior, y descansar para poder soportar el resto de la semana. La cual tenía la certeza que no sería tan calmada como los primeros dos días.

Concentrada recordando y enumerando cuál de sus tareas comenzaría, se distrajo ignorando a sus compañeros, por lo que no notó a Diggory hasta que la detuvo tomándola por el hombro, dejándola sin aliento al hacerlo. No estaba lista todavía como para enfrentarlo, ni verlo, ni siquiera estar cerca de él, por lo que no emitió palabra alguna de su boca esperando que le dijera que quería de ella.

— Tampoco has estado durmiendo bien— exclamó Eleonor salvando la situación, y logrando que la azabache notara que el tejón no estaba solo—. Hablamos después...—comentó sin querer entorpecer su conversación por tiempo, para caminar directo a las cocinas en compañía de Macavoy y Martín.

— Felicidades, primer lugar— felicitó la bruja con una mueca algo incomoda—. Buenas noches— añadió con prisa al querer salir casi corriendo de allí.

— Lo siento— exclamó el chico de golpe logrando hacerla detenerse—. Te dije cosas horribles el sábado, estaba furioso, y...

— No tienes por qué disculparte— le aseguró Elynne sin girar a verlo para que no notara que tenía los ojos aguados a punto de llorar—. Ambos sabíamos que esto no...

— No voy a intentar arreglar lo que pasó ahora— soltó Diggory provocando que la chica volteara a verlo confundida más que antes—. Ambos necesitamos un tiempo para pensar acerca de esto, yo... de verdad tengo fe en lo que tenemos— añadió caminando hacia ella para tomar sus manos entre las suyas.

— ¿Qué pasa si yo no la tengo? —preguntó de manera directa sin dejar que notara su voz quebrada—. Sí, tenías razón y no creo que lo que tenemos sea suficiente.

— Te dejaré en paz, aceptaré lo que decidas, no importa que— respondió con una sonrisa triste—. Pero mientras tanto voy a esperarte...lo hice por tres años, uno más no hace la diferencia— comentó logrando hacerla reír.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora