Capítulo LXIV: La historia de un fugitivo

406 44 56
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se mantuvo en silencio observando la reacción del chico al mencionarle que era amiga de un prófugo de Azkaban

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Se mantuvo en silencio observando la reacción del chico al mencionarle que era amiga de un prófugo de Azkaban. Esperaba que la regañara, que le exigiera una explicación, o que se levantara con indignación de su lado para procesar la información, pero en vez de eso tomó acercó sus labios a su frente y depositó un beso en ella, sin Elynne comprender su reacción.

— ¿No estás molesto? —preguntó la azabache sin entenderlo aún cerca de su rostro, por lo que pudo sentirlo negar en silencio—. Sé que puede ser difícil de entender, pero...

— Es difícil que confíes en alguien, por lo que sé que debes tener tus razones por la cuales te hiciste su amiga— respondió logrando hacerla sonreír con confianza, a la vez que se sentía algo tonta por haber creído que él no entendería su amistad con Sirius—. Y si estás encubriendo un criminal, debe ser importante.

— Es una larga historia— exclamó borrando su sonrisa y dejando escapar un suspiro mientras se alejaba un poco de él para poder contarle toda la historia—. Lo conocí el año pasado en el colegio, cuando escapó de Azkaban, por supuesto no sabía que era él...—se defendió sin esperar a que él preguntara como se había acercado de manera altruista a un prófugo peligroso—. Es un animago no registrado, su forma es la de un perro negro, de esa manera fue que lo vi en las afueras del castillo.

— ¿Siendo animago fue que pudo escapar de Azkaban? —preguntó de manera retorica uniendo los hilos con lo poco que sabía de Black, conocía su caso, el artículo que publicaron buscándolo, los afiches de "se busca", y como estaba estructurada la prisión de Azkaban gracias a los cuentos de su padre al respecto—. Los dementores no pudieron detectarlo siendo un perro, tiene pensamientos confusos y débiles, para...—comentó con entusiasmo al sentirse orgullo de descifrar aquel enigma que aún los mejores aurores desconocían—. Aunque me queda la duda de porque escapó ahora y no antes.

— Como dije, es complicado— le recordó cruzando las piernas sobre la cama a un metro del chico—. Me lo encontré como un perro cerca del bosque prohibido en una de las tantas veces que huía de todos, estaba con el pelo sucio, flaco, y temeroso, al principio creí que se trataba de algún tipo de Crup, pero por su cola supe que solo era un perro muggle que de alguna manera llegó hasta aquí, por lo que comencé a llevarle comida sin acercarme mucho, aún no sabía si era salvaje o no— continuó la historia sin poder evitar sonreír al hacerlo y recordar aquel año en el cual se sentía desdichada por haber sido engañada por Sebastián y maltratada por su padre—. Lo visitaba a diario, y como el año anterior estaba pasando por muchas cosas, y había llegado a Hogwarts después de un tortuoso castigo de parte de mi padre por arruinarle mi compromiso con Otterbourne, terminé por desahogarme con él, al creer que solo se limitaría a escucharme y no contar nada.

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora