Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo XXXV: Nos llevaremos el uno al otro

Casi había olvidado como se sentía estar enamorada, hacer el amor con un chico y sonreírle al terminar recostada en su pecho, sin hacer otra cosa más que mirarse y sonreírse mutuamente. Intentaba no comparar lo que tenía con Cedric con su primera relación, la manera en cómo todo iba igual de bien, como se adoraban, como parecía que nada podría ir mal, pero aun así lo hizo.

Los brazos del mago rodeaban su cintura al abrazarla por la espalda sin poder ver la expresión de aflicción en su rostro, el terror en sus ojos. Se mantuvieron en silencio por varios minutos, abrazados desnudos debajo de las sábanas, mientras él besaba su espalda con ternura y dedicación. Se conformaba con verla, besarla, pero nada se equiparaba en la manera en que hacían el amor con pausa, con calma, dedicando cada segundo en complacerse sin prisas.

— Eres al primer chico que se lo digo— susurró la bruja con algo de tristeza en su voz—. No creí que me enamoraría de ti.

— Te tengo paciencia para esperarte, no mereces menos que alguien que te adore— le aseguró provocando que la chica volteara para verlo—. Eres mi princesita, y siempre voy a quererte.

— Palabras muy serias Diggory— se burló la azabache acomodándose en sus brazos—. No estoy lista aun para ya sabes...— le dijo sin querer ilusionarlo de más después de haberle confesado sus sentimientos, a pesar de que eran correspondidos por completo.

— ¿A qué le temes tanto? —le preguntó de manera directa lo que no se había atrevido a cuestionarle en los dos meses que llevaban juntos—. No creo que a alguien le importe que seas mi novia, y menos ahora que incluso los Slytherin me apoyan como campeón de Hogwarts.

— No quiero discutir contigo ahora— susurró cerrando los ojos sin responderle—. Mañana tengo que levantarme muy temprano.

— Lo dejaré pasar por esta vez, pero...— le aseguró provocando que la chica abriera los ojos para mirarle molesta por su advertencia.

— Dilo, termina lo que tengas que decirme— lo retó sentándose de golpe en la cama al cambiar de opinión con respecto a dormir.

— Elynne...—intentó calmarla sin lograrlo.