La libertad es un derecho que algunos han tenido hace tanto tiempo que la han subestimado, y ignorando su verdadero valor, cuánto significa ser libre. Pero quienes han sido oprimidos desde su nacimiento, cuya vida han sido planeada desde la concepci...
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El sentimiento familiar de falta de apetito la inundó por completo mientras observaba a Draco y Narcissa devorar su cena con entusiasmo, con el hambre natural que se esperaba que alguien tuviera después del viaje que tuvieron desde Hogwarts. Intentó mantenerse adentrada en las conversaciones de los rubios, pero la mayoría de las veces su mirada se perdía con una tristeza en sus ojos y una mueca de asco en su boca por lo que tenía al frente, un nudo en su garganta que la hacía querer correr de vuelta a su habitación, de donde no quería volver a salir, pero se limitaba a hacerlo por haberle prometido a Cissy que bajaría a cenar.
No pudo ignorar la mirada de lástima que le dedicaba cada vez que jugaba con la comida en su cubierto sin esta tocar sus labios una sola vez esa noche, perturbando a la señora Malfoy por aquel comportamiento. Saber que la chica se negaba a probar alimento no era igual que verla con aquel desdén por lo que tenía en su plato.
— Pueden hacer algo si quieres algo distinto— exclamó la rubia dejando de comer sin querer continuar soportando eso—. ¿Qué te apetece?
— Subir a dormir— respondió encogiéndose de hombros sin ánimos de discutir sobre su alimentación con alguien más, había tenido suficiente con Severus, sus amigos y sus hermanos menores recordándole, reprochándole que comiera algo—. No tengo hambre Cissy.
— Te estás haciendo daño— le repitió las mismas palabras que escuchó toda la semana desde que se negó a comer—. Si sigues así vas a hacer que te lleve a San Mungo, ¿es lo que quieres?
— Cissy por más que te preocupes por mí no eres mi madre, no tienes derecho a decirme que tengo o no que hacer— le respondió de manera brusca cansada al ponerse de pie de repente y salir de comedor, mientras retenía las lágrimas en sus ojos al haberle dolido hablarle de esa manera.
— Me va a escuchar— soltó Narcissa poniéndose de pie para seguirla, provocando que su hijo se apresurara a seguirla.
— Mamá no quiso decir eso, ella solo está dolida— intentó calmarla el adolescente mientras la seguía por las escaleras, sin haberle sorprendido el arrebato de su mejor amiga—. Ha intentado alejar a todos de la misma manera, ella...