El viento otoñal se hacía presente al mover los vuelos de su vestido contra sus rodillas con una gracia que evocó una risa aniñada en los labios de Elynne. No recordaba la última vez que la dejaron salir de su casa sola a un lugar diferente de Hogwarts o la mansión Malfoy, por lo que fue inevitable que disfrutara de su breve libertad.
La pequeña baratija entre sus dedos que había servido como el traslador que la sacó de su casa, cayó al suelo sin ella prestarle atención, al dirigirla al lugar frente a ella, sonriendo al sentir sin entrar que así se debería ver y sentir un verdadero hogar.
No contenía rejas que privaran de la vista de la edificación que se erigía delante de ella, apenas tenía una cerca que delimitaba el terreno, con una pequeña puerta de un metro negra de hierro semiabierta por la cual no dudó en entrar y ver el pequeño jardín que custodiaban su interior. Pudo identificar algunas de las plantas que vivían en él, la mayoría mágicas, las cuales imaginó que la mujer que vivía allí la usaba para algún remedio casero o solo para cocinar.
Caminó con gracia por el camino de piedras que la guiaban hasta puerta de la casa, sin dejar de observar el paisaje a su alrededor maravillada con la simpleza del lugar. Al no solo no sentirse como una prisión, sino estar alejada de todo, ni siquiera podía divisar a simple vista la casa de algún vecino, aunque tampoco intentó rebuscar para ello. En segundos terminó el camino de piedras, descansando su andar frente a una puerta de madera oscura de fresno nada fuera de lo común.
Sin estar acostumbrada a tocar la puerta de una casa, descansó sus nudillos con fuerzas en ella, antes de escucha una femenina de su interior indicándole que ya se estaba aproximando. Casi por inercia, Elynne se alejó de la puerta para descansar sus manos en sus costados algo nerviosa por conocer sus futuros suegros. Al rogar que no estuvieran resentida con ella por haber hecho que su único hijo se comprometiera tan joven.
– Oh, buenos días, ¿Puedo ayudarte en algo? –apenas pronunció una mujer de cabellera dorada al abrir la puerta, provocando que la chica casi creyera que su padre se había equivocado del lugar donde debía aparecer.
– Lo siento, creí que era casa de alguien, pero creo que me equivoqué– exclamó la azabache de manera inmediata avergonzada por la confusión, aunque dejó de pensar que estaba equivocada en el momento en que la mujer delante de ella sonrió–. ¿Esta es la casa de Cedric? –preguntó al casi jurar que la sonrisa de esa hermosa mujer era igual a la de su novio. La rubia solo necesitó asentir para que Elynne encontrara más similitudes entre ella y el Hufflepuff.
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Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]
FanfictionLa libertad es un derecho que algunos han tenido hace tanto tiempo que la han subestimado, y ignorando su verdadero valor, cuánto significa ser libre. Pero quienes han sido oprimidos desde su nacimiento, cuya vida han sido planeada desde la concepci...