Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo XXXVII: Dime tu precio

Diggory había evitado que la azabache armara un escándalo por las fotos que le tomaran, al ella estar dispuesta a enfrentarse en un duelo con la periodista sin dudarlo dos veces. Incluso estaba más que animada en probar el nuevo hechizo que había aprendido en aquella arpía. El castaño necesitó casi llevarla a rastras de vuelta a Hogwarts para evitar que se metiera en un problema mayor por su culpa.

Aun furiosa por Skeeter, caminó en silencio hasta la torre de astronomía en busca de un lugar privado en donde poder estar sin llamar la atención. Y no poseía la paciencia suficiente como para caminar hasta la casa de los gritos. Gracias a que era sábado, y sobre todo de visita a Hogsmeade, no fueron detenidos en el trayecto a la torre, en la cual en cuanto llegaron, Elynne gritó de frustración caminando de un lado a otro sin saber qué hacer.

Tenía suficiente con su familia sospechando que tenían algo, con su padre queriendo comprometerla con Cedric, pero ese artículo en el profeta sellaría su destino en el momento en que se publicara al día siguiente.

— No pasará nada— intentó calmarla al haberse quedado casi una hora en silencio solo haciéndole compañía al saber lo mal que se molestaba la azabache.

— Tienen una foto de nosotros besándonos— exclamó como si fuera obvio porque estaba preocupada—. Y estará en primera plana del corazón de bruja de esta semana, todos lo van a saber, mi familia, mi padre...— se quejó aterrada deteniendo en el balcón de la torre mientras negaba.

— No era la manera en que quería que pasaran las cosas, pero tal vez deberíamos aprovechar la situación para formalizar lo que tenemos— comentó Cedric dispuesto a seguir adelante con lo que tenían y hacerse cargo de sus acciones—. Te protegeré de tu padre, no debes preocuparte por eso— le aseguró caminando hacia ella con una media sonrisa sin lograrla inmutar.

— Eres un ingenuo si crees que te puedes enfrentar a mi padre, fue un jodido mortífago, un asesino, estuvo en Azkaban por un año por ello, no lo subestimes— exclamó con desprecio hacia su progenitor—. Yo lo enfrentaré, no puede venir hasta el colegio, y no volveré en navidad, así que tengo hasta la próxima visita a Hogsmeade para pensar en algo...