Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LII: Espero me agarres cuando caiga

Tomar la decisión de hablar con Cedric había sido más sencillo que armarse de valor para buscarlo. Habían pasado casi un mes desde que discutieron y terminaron su relación de manera definitiva, por lo que Elynne se cuestionaba si aún estaba a tiempo para poder recuperarlo, para decirle que pensaba luchar por lo que tenían, y que, si tenía que sufrir para ser feliz lo haría, pero, sobre todo, tenía que confesarle que estaba dispuesta a luchar por su amor, porque lo valía.

Se mantuvo hablando con su mejor amigo sobre las mejores manera de pedirle disculpas, aunque la azabache negaba ante cada idea que le proponía. Desde ir a su sala común a buscarlo de manera pública, hasta la de escribirle un largo pergamino suplicando perdón. Elynne tenía aún demasiado orgullo para siquiera considerarlo, por lo que tomando como excusa tener que llevarle comida a Sirius, e inventándole algo a Draco, evitó el asunto de buscar a Cedric.

Esperando que la comida le rindiera para la cena, y quizás el desayuno del día siguiente, la bruja llenó casi la mesa de centro de la sala, de la cual Black no tardó en comenzar a devorar con hambre, al casi olvidar lo bien que sentía comer algo decente. Era una de las tantas cosas que extrañaba al haberse ido de los terrenos de Hogwarts.

— Puedes comer también Potter— le dijo al niño que vivió quien se había mantenido callado de manera que le resultó extraña, antes de asentir y servirse algo de comida—. Necesito que me devuelvas mi varita, no creo volver en los próximos días, y mañana tengo entrenamiento con mi tío— exclamó antes de maldecir por haber dicho aquello, al notar como el animago había dejado de comer para verla extrañada—. Tengo cosas hacer así que...

— Tesoro, ¿me puedes explicar porque entrenas con Karkarov? —le preguntó limpiándose la boca con una servilleta y palmear el sofá en el que estaba sentado para que la chica se sentara a su lado. Pero esta se limitó a negar retrocediendo sus pasos, ignorando como Potter se sorprendía de lo que escuchaba. Al verlos juntos en varias ocasiones había imaginado que se conocían, pero nunca que estaban emparentados de manera tan cercana—. Elynne.

— Te debo la charla, es mejor que me vaya— exclamó un poco nerviosa al saber que él la conocía más que sus amigos, sin entender cómo, siempre notaba cuando mentía, o le ocultaba algo importante. Sino fuera porque era una buena oclumante hubiera considerado que Black le leía la mente cada vez que podía.