Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]

Capítulo LXV: Siempre lo han sido

El zapato de su hermano chocando el suelo de manera paulatina lograba desesperar aún más de lo habitual a Elynne mientras se encargaba de terminar de empacar una pequeña maleta de mano con lo esencial para pasar las pascuas en casa. Un pequeño detalle que olvidó hacer la noche anterior al haberla pasado hasta tarde entre las sábanas con Cedric, dado que casi daban por hecho que no volverían a tener un momento así el resto de la semana.

El tema de Sirius se fue convirtiendo en algo natural para ambos cuando se encontraban solos, después de haberse despedido del animago. A pesar de que el tejón se negaba a contarle del todo su conversación con el azabache, pero asegurándole que confiaba en él, y que no se tendría que preocupar de tener que dejarlo de lado por su culpa. El verano aun parecía lejano para ambos, no obstante, el castaño le prometía que pasaría todo el tiempo que pudiera con su amigo, sin importar aceptar las consecuencias de ello.

Sin nada que contar las semanas siguientes, la bruja se limitó a no escribirle a Sirius hasta después de Pascuas, al no quererlo poner en peligro por nimiedades. Y hasta el difunto Merlín sabía que tendría mucho que contarle después de aquella experiencia.

Cerrando la pequeña maleta de manos, la bruja se apresuró al tocador para peinar su cabello de manera rápida y sencilla, sobre todo para quitar la apariencia de recién levantada de su cara. Era más lo que se traía de casa en esas temporadas que lo que se llevaba, pero necesitaba ropa para cambiarse en el tren una vez llegaran a Londres, y algunas prendas personales.

— ¿Acaso quieres que perdamos el tren para evitarte ir a casa? —le preguntó Hunter hastiado de esperar a su hermana, pero era la única manera de asegurarse que llegara a tiempo.

— Deja de quejarte— exclamó rodando los ojos mientras tomaba la pequeña maleta, al no ser demasiado equipaje para esperar que los elfos la llevaran hasta el tren, o evitar que, por ser tan pequeña, la olvidaran como había sucedido en par de ocasiones—. Por una vez en mi vida, no me disgusta tanto volver a casa— le aseguró pasando por su lado para salir de la habitación, y el pelirrojo no tardar en seguirla hasta la sala común de Slytherin en donde Maverick y Draco ya los esperaban listos para partir.