Prólogo

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No necesitaba de un medimago paraque le dijera que la hora se acercaba, podía sentirlo en todo su cuerpo, como su magia reaccionaba al intruso que la invadía y del que quería deshacerse

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No necesitaba de un medimago paraque le dijera que la hora se acercaba, podía sentirlo en todo su cuerpo, como su magia reaccionaba al intruso que la invadía y del que quería deshacerse. Aún así no podía dejar de sentir una ansiedad que la recorría sin piedad, al saber que tendría que actuar más rápido que él si quería ocultar lo que había hecho.
Sabía que se encontraba en una misión, que no estaría para el gran día cómo estuvo la primera vez, por lo que tendría una oportunidad si su retoño denotaba su pecado. Sonrío con añoranza, casi no había visto al primero, pero lo amaba tanto que casi lamentaba tener que haber nacido de esa forma, pero la segunda sería peor, algo en todo su ser le indicaba que tendría una vida difícil desde que llegara al mundo.
Hizo una mueca de dolor cuando comenzaron las señales del final de su estado, sin dejar de ver el jardín desde el balcón de su habitación, ni inmutarse. El segundo llegó más fuerte sin derribarla, ni quejarse, mientras apretaba la varita en sus manos, odiadando la decisión que había tomado aún antes de realizarla. La otra opción que tenía la pondría aún más en riesgo y no solo a ella.
Una lágrima se deslizó por su mejilla cuando llegó el tercer atisbo de dolor recorriendo aún más su cuerpo, y logrando arqueara con fuerzas, pero no lloraba por el sufrimiento físico, sino por sus decisiones. Cómo ese día comenzaría una mentira que tendría que repetirse una y otra vez hasta que ella misma se la creyera.
Sus cuerdas vocales soltaron el grito que tanto había ahogado con tantas fuerzas que en pocos minutos estaba siendo llevada por dos de sus elfos con magia hasta su cama, en dónde continuaba retorciéndose de dolor, dejando que las lágrimas que había reprimido salieron a brotes con los ojos cerrados sin lograr percibir al medimago que ya había hecho presencia en la habitación.
Sus gritos cesaron al mismo tiempo que el dolor desapareció dejando en su lugar el llanto de alguien más que logró hacerla abrir los ojos de nuevo y verla en los brazos del medimago, tan pequeña como no recordaba que solían ser. Apenas llevaba una mata de cabello negro en su cabeza, lo cual no era una señal de nada, aún así una sonrisa surcó su rostro cuando la depositaron en sus brazos con cuidado, logrando hacerla callar al sentirse reconfortada, protegida de una manera que solo creía que estaría.
Llevó su mano a fue su pequeño rostro casi por inercia para acariciarla y sonreír ante su inocencia pero sobre todo por su belleza, la cuál intuia que igual que ella sería su total perdición, la razón de todos sus males y desgracias, pero ni siquiera eso la hizo arrepentirse de lo que había hecho. Solo lamentaba que su padre no pudiera verla, observar sus rasgos en ella, bromear sobre a quien se parecía más, que parte había obtenido de cada uno. Casi rio al imaginarlo con tristeza y encontrándose sola en aquel momento tan importante que cambiaría su vida como no podía tener la mera idea.
–Ama, necesitamos llevarla para alimentarla–exclamó uno de sus elfos domésticos sin ella prestarle atención.
– Yo lo haré– dijo con ahínco y decisión que no permitió que ninguno de sus elfos protestara, luego hablarían con su amo al respecto cuando volviera–. Pueden retirarse– se limitó a despedir a los intrusos de su espacio para poder estar a sola con la criatura en sus brazos la cuál se movía con ternura, logrando hacerla sonreír de nuevo–. Hola Elynne– la llamó logrando que moviera sus párpados intentando abrir sus ojos como si lograra entender que era su nombre–. Hola princesa– volvió a llamarla con entusiasmo, el cual solo fue en aumento al verla abrir los ojos para conocerla y la bruja llevar sus manos a boca maldiciendo que todos sus temores se hicieran realidad.

 Hola princesa– volvió a llamarla con entusiasmo, el cual solo fue en aumento al verla abrir los ojos para conocerla y la bruja llevar sus manos a boca maldiciendo que todos sus temores se hicieran realidad

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Holaaa mis hermosas y hermosos lectores, aquí les dejo el prólogo de esta historia que espero les guste tanto como a mí me encantó escribirla, los capítulos están hechos, así que los subiré periódicamente....

Malos Hábitos [Cedric Diggory/Lucius Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora