El somormujo detrás de la ventana parte II

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POV de Dylan

Después de escuchar el efecto "Doppler" en una fracción de segundos de la motocicleta de papá a la lejanía, no existió forma de que volviera a concentrarme en mis recuerdos y mucho menos de conciliar el sueño, en verdad de esto se trataba de dejarme atrás, resguardado, "protegido" y en cama, esto no era un juego, quizás me había equivocado y papá no estaba tomando esto con la perspectiva necesaria, su juicio podía estar nublado por su sentido de "sobreprotección"

«Después de todo los padres también se equivocan y papá no tenía por qué ser la excepción»

Pero ya me escucharía cuando llegará.

¡Aquí el único importante era Jeimmy!

Mi situación ya era caso perdido y por más que doliera y por mucho que me asustara, debíamos aceptarlo y tomar decisiones crudas y realistas.

Me puse de pie, sin cambiarme el pijama, solo calzándome con mis tenis, caminé a la puerta

-No maldición, porque me dejas encerrado-grite.

Desbocando toda mi rabia sobre esta pateándola y gritando miles de maldiciones cuando el pomo de la puerta no giro

Hace rato que el pequeño candelabro de mi habitación permanecía encendido desde que me levante y revente en gritos llamándolo detrás de la ventana para que se girara y me viera, pero justo ahora titilaba y parpadeaba como a punto de apagarse, mi primer respuesta lógica fue que era efecto de la tormenta que ahora se desarrollaba fuera, el silbido del viento me ponía los nervios de punta desde pequeño lo confundía con el lamento de alguien a la lejanía y estar solo y encerrado solo incrementaba mi ansiedad, entonces el techo crujió como si un árbol acabara de ser derribado sobre el tejado por impulso me lleve las manos a la cabeza ante el estruendo, la luz seguía parpadeando incluso la de mi cómoda que acababa de encender para intentar alcanzar a ver fuera de la ventana y en ese segundo escuche algo que parecía caminar sobre el tejado, más bien prensarse dando saltos arremetiendo contra este; se escuchaban como rasguños, aunque me era difícil definir realmente de que se trataba por el ruido del viento azotando todo a mi alrededor preste atención intentando aislar dentro de mi cabeza ese sonido de todo lo demás entonces lo supe "eran uñas rascando con insistencia" y ferocidad el sonido me estremeció causándome un cosquilleo angustioso en el cuello

«¿Qué era eso?»

Entonces comenzó a saltar sobre el techo con mayor fuerza, los crujidos de las trabes de madera que sostenían la estructura se incrementaron con intervalos cada vez más cortos provocando que finos hilos de madera hecha polvo comenzaron a descender, debía salir de allí, un micro temblor comenzó a cimbrar todo, me subí sobre la cama abrí las cortinas de par en par e hincado sobre esta con ambas manos abrí la ventana de madera de inmediato la tormenta entro golpeándome con la delgada cortina traslucida ondeándola sobre mi cara, para después abrirse de par en par, soplando fuertemente dentro de mi habitación, la retire de dos manotazos solo para caer de bruces sobre la cama, sus graznidos agudos inundaron mis oídos y su rostro con eso ojos opacos se ladeaban de un lado a otro, entrando por la ventana, comenzó a picotear sobre mi cama intentando alcanzarme ubicándome con uno de sus ojos enrojecido viéndome directamente al rostro, me impulse con las palmas de las manos hacia atrás y justo cuando gire mi cuerpo, para ponerme de pie e intentar huir una de sus enormes alas rompió la ventana, me lleve las manos a la cabeza cubriéndome los ojos mientras miles de trozos de vidrio caían sobre la cama y alrededor de la habitación; sentí el primer golpe de su ala sobre mi espalda mientras me arrastraba boca abajo el simple roce estallo como una braza ardiente, no me dio otra opción más que caer en pánico gritando ahogadamente

-Papá, ayúdame... Papá

Sus aleteos se tornaron más frenéticos, sus dos alas estaban dentro pero se encontraba atascada y yo debajo de ella boca abajo, en su intento de elevar el vuelo formaba grandes airadas dentro de la habitación; una de sus alas se impactó de nuevo sobre mi hombro y espalda abarcando hasta mi muslo; ese animal abismal no dejaba de contorsionarse y a cada uno de sus movimientos yo quedaba más atrapado incapaz de moverme pues el más ligero del toque de sus alas, fácilmente podría compararse con lava siendo vertida sobre mi cuerpo, ahora forcejeaba picoteando en mi tobillo donde intentaba encajar su pico sobre mi tenis derecho para arrastrarme fuera, un segundo golpeteo aterrizo sobre la parte posterior de mis rodillas llegando hasta mi cintura y allí si grite

La cuna II parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora