Entre la vida y el otro lado del lago

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Pov Jeimmy

Cuando mamá se fue, no me moví del escondite que el hombro de papá, me proveía, el miedo de darle fuerza a todo lo vivido al decirlo en voz alta me mantenía indeterminadamente sumido en un silencio consolador. Las palmadas que papá me dio, no era lo que me había hecho llorar, de hecho, lo dramaturgo como tanto mencionaba Dylan que podía ser, comprobé que era aporte de la genética de mi padre, pues apenas me dio a lo mucho seis un poco fuertes y las otras fueron mera actuación.

Pero para este punto las evidencias de que yo no estaba bien eran demasiado claras para papá y Dylan no podía guardar más silencio de hecho no podía... Papá me sentó sobre la cama

—Mamá ya se fue Jeimmy, debemos hablar de lo que realmente sucedió —me conmino.

E intercalando la mirada entre Dylan y yo pidió

—Quiero que ambos me cuenten absolutamente todo lo que vieron

—Todo es mi culpa, papá —lloriqueé yo le pedí, le supliqué a Dylan que no dijera nada, que disfrutáramos, pero no teníamos tiempo y ahora...

Pude ver como el rostro de mi hermano palideció en ese preciso instante

—¿Cómo que ya no hay tiempo bicho? De que hablas —preguntó. De forma atropellada ante mi expresión.

Papá sujeto a Dylan de los hombros zangoloteándolo

—¿De qué habla tú hermano?

—¡No lo regañes! Yo le pedí que no te dijera, creo que en realidad no quería irme, no sí, eso significaba perderlos de nuevo —declare.

Apretándome los parpados con las palmas de las manos para evitar derramar alguna lagrima.

Papá soltó a Dylan y cuestiono:

—¡¿De que habla tu hermano?! Alguno de los dos podría dejar de disculparse y decirme ¿qué está sucediendo niños? Por favor me están asustando.

Dylan frunció el ceño y cambiando su actitud menciono

—¿Sí tan preocupado estabas por qué, no solo echaste a mamá de la habitación y te ahorrabas el espectaculito ese del castigo? Ahhh ya sé buscabas obtener "el título del padre del año con mamá" No creas que no note que lo de Jeimmy fue actuado, pero en mi caso, mamá no actuó nada.

Se froto, las pompis molesto.

Papá resoplo

—¡Eso te pasa por arrebatado! te guiñe el ojo, pero no, tal parece que te causa un tipo de placer llevarme la contra.

—¡Eso no es cierto! —espeto. Lo que pasa es que siempre se debe hacer lo que el señor dice, eres un blandengue con mamá.

—¡Más cuidado jovencito con cómo me hablas!

—¡¿O qué?! —lo reto.

Ya con los ojos encendidos, papá alzo las cejas sorprendido, tomo a mi hermano de la mano, le dio medio giro y

—dictaminó —¡pues que te parece esto!

Al momento que impacto

Plas, plas, plas

Tres firmes nalgadas.

¡Deja de hacer eso que no soy un niño! —le reclamo.

Negué con la cabeza al ver como papá intentaba ejercer control sobre Dylan sujetándolo de la mano, mientras mi hermano intentaba alejarse y se cubría el trasero con la palma de la mano abierta, intentando correr lejos sin que papá soltara el agarre, sujetara con más fuerza su mano y continuara estampándole palmadas, al mismo tiempo que Dylan sin poder liberarse, solo diera vueltas de derecha a izquierda intentando huir

La cuna II parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora