Pov Jeimmy
La habitación aún estaba a oscuras, por la ventana las primeras estelas de la luz del alba hacían su aparición. El cierre de la maleta de mamá deslizándose fue el causante de que me despertara, no la interrumpí cuando la vi entrar al baño para alistarse, no quería inquietarla o preocuparla innecesariamente, menos ahora que se ausentaría hoy sábado, regresando hasta el domingo por la noche; había tantas cosas que deseaba contarle referente a esos sueños o visiones, pues a veces incluso me pasaba estando despierto, siempre y cuando estuviera solo, pero ella se veía tan apresurada, cuando salió del baño aun con la toalla enredada en el cabello, abotonándose el pantalón de mezclilla y acomodándose la playera.
—Buenos días Jeimmy —me saludo, apenas noto como me removía dentro de la cama.
—Dirás madrugadas, mamá —me queje —elevo un poco la comisura de su labio derecho —es cierto cariño, aún es muy temprano, pero de este modo Matthew y yo, no encontraremos tránsito en la carretera.
Me incorpore apoyándome con los codos sobre la almohada, logre erguirme e impulsándome con los talones finalmente sentarme, cada día podía moverme un poco más y coordinar mejor mis movimientos.
Robert me había dicho que, para la siguiente semana, empezaría los ejercicios en la habitación contigua, la que había sido equipada como un pequeño centro de rehabilitación «no más ejercicios en cama» podría empezar a ejercitar mis piernas en la barra, la bicicleta y demás aparatos, eso me regresaba los ánimos, fue cuando note que mamá se daba los últimos retoques, acomodándose el cabello y pintándose los labios frente a su pequeño espejo circular de bolsillo, y sin pensar lo dije:
—Mamá... ¡Mmm! ¿Es necesario que tú la acompañes? bueno la abuela tiene al abuelo, no es como que vaya a estar sola —argumente —guardo su espejo en su bolso, se dio la vuelta y camino hasta mi cama, viéndome con esa sonrisa divertida que buscaba llegar al fondo de mi inquietud.
—¿No será que más bien que cierto jovencito tiene miedo de pasar la noche sin mí? ¡lejos de mamá! —preguntó.
Empequeñecí los ojos y entreabriendo los labios —balbuceé, enfadado
—A...anda búrlate, n... no, no es eso, es solo que... ya olvídalo, no debí decir nada, mejor ya vete —bufe, frustrado —recostándome y dándole la espalda.
Mamá, se sentó a mi lado —Jeimmy, cariño debo ir, sé que lo entiendes. No dejaras que me vaya sin un beso de despedida ¿o sí?
—Claro que no mamá —respondí —me giré sobre la cama, una vez que estuve de frente a ella, me estampo ese beso en la mejilla, señalo su mejilla con su dedo, le di un beso complaciéndola, por un momento se tornó preocupada.
—¿Te molesta que vaya? —indago.
—No, claro que no, es solo que me siento incomodo de quedarme aquí y pues sí, la verdad es que te voy a extrañar, pero yo comprendo "Taita" es tu mamá y debes estar también con ella, además Robert me ayudara en lo que necesite —me revolvió el cabello y me dio un beso tronado en la mejilla haciendo que cerrara los ojos por un segundo, el mismo en el que Robert entro.
—¡Ah! ¡Qué lindo Jeimmy despidiéndose de su mami! —exclamo en un tono burlón.
—Cuídalo mucho por favor, sí no te obedece tienes mi autorización para darle unas buenas, meneó la mano.
—¡Mamá! —exclame abochornado tapándome el rostro con las manos.
—Nada de mamá, pórtate bien, obedece en todo. ¡Ah! y no quiero quejas; y nada de ponerse difícil con las inyecciones ¿he sido clara?
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La cuna II parte
Teen FictionEs la continuación de la cuna Titulada El vuelo de las golondrinas Bienvenidos a la segunda parte de la Cuna. donde tendremos el final. Gracias por seguir aquí. Para los lectores que llegaron aquí y desconocen de la existencia de la primera parte...