¡No mamita, por favor no!

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POV Dylan

Me había quedado dormido pensando en el efecto que tuvo la pelea con Brad en mi vida, realmente me hubiera gustado que la reacción de mamá fuera como papá lo entendió, e incluso el Dr. Tyler se lo aseguro.

Yo, me había logrado dominar a tiempo, frenando cualquier impulso y demostrándome a mí mismo que era capaz de sortear y resolver situaciones de estrés y conflictos de forma ecuánime.

En la versión de los hechos que le conté a papá; omití el desenlace de aquella noche.

Había estado detrás de la puerta de mi habitación escuchando, como se desarrollaba la conversación entre el Dr. Tyler y mamá, como para percatarme de que él, le relato lo sucedido de forma fidedigna a lo ocurrido e incluso ayudándome en ciertos tramos de la historia, para que ella lo tomará de mejor forma.

Una vez que el Doctor Tyler se retiró, Jeimmy y yo nos encontrábamos recostados en nuestras camas; mamá se paró debajo del marco de la puerta de mi recamara y me llamó para que habláramos ella y yo a solas en su habitación de lo acababa de suceder esa noche.

Creí que la quijada de Jeimmy se le dislocaría por la manera en la que esta descendió y abrió la boca cuando le conteste a mamá

Qué si quería hablar con mucho gusto iríamos los tres al comedor, ya que yo era el más interesado en que escuchara la versión de los hechos de mi propia voz; pero que no existía forma en la que en esta ocasión yo me dejará castigar, ya que era injusto y no admitiría un castigo por defender a mi hermano; como siempre hacía cuando yo me oponía quiso discutirme respecto a mi falta por irme a una fiesta sin su permiso, como argumento; acepte que estuvo mal no avisarle pero le rebatí con el hecho de que ella siempre encontraba la forma de negarme los permisos, aunque hace meses en mi cumpleaños me había prometido dejarme:

"Hacer más cosas de un chico de mi edad" Así poco a poco la deje sin argumentos, cansada de que yo no cediera, me dijo que mañana lo hablaríamos, pero al día siguiente me opuse de nuevo al castigo.

Esa fue la primera vez que me rebele para no ser castigado como un pequeño y sé que genero una frustración en mamá que más temprano que tarde, terminó afectándome a niveles inimaginables...

Días después en la consulta del martes cuando salí, mamá me dejo esperando casi hora y media fuera del consultorio, había dejado a Jeimmy en contra de todas sus quejas en el apartamento al cuidado de la Sra. Gertrudis y ahora yo no cabía del aburrimiento; no tenía un solo libro para leer, pues mi mochila se encontraba en el auto, los primeros minutos me preguntaba que tanto estarían hablando, para colmo el pasillo se encontraba vacío, ni siquiera podía entretenerme con el paso de la gente, después de jugar con uno de los hilos de mi suéter escolar al grado de casi descocer una parte del hombro y balancear los pies, opte por poner la oreja sobre la puerta al parecer el mal hábito de espiar de Jeimmy era contagioso; agudice mi oído

—Doctor Tyler es que no es tan sencillo, usted no me entiende y la verdad le seré muy sincera creo que le agrada a Dylan porque usted es muy permisivo con él; ayer estuve hablando con mi madre y a ella se le escapo contarle, a grandes rasgos, la situación a mi padre. —Es médico naval y bueno conoce especialistas en el gremio incluso de la psicología y la psiquiatría; anoche me dio el número de otro doctor, pase casi dos horas hablando con él y difiere mucho respecto a como usted está llevando el tratamiento de Dylan, cree que está siendo demasiado suave con la medicación y que muy por el contrario esto no es sinónimo de una mejoría sino la advertencia del inicio de una situación que sino contengo de forma tajante se saldrá de control.

Estaba a punto de intervenir no podía creer lo que escuchaba, pero guarde la calma porque, aunque mamá lo dudara era capaz de ello y escuche la respuesta del Dr. Tyler

La cuna II parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora