Primer día despierto: Jeimmy

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Pov Jeimmy

El trino de las aves se filtró por mis oídos, algo se sentía diferente aquella mañana su canto era más nítido, en cambio reaccionar me estaba siendo más difícil, abrí lentamente los parpados, sintiéndolos pesados, en cuanto la luz se filtró entre mis pestañas su voz exaltada en un súbito de felicidad subiendo varios decibeles con cada afirmación, me alertó

—¡Despertó! Mi niño despertó ¿Dónde están todos?

Ladeé la cabeza, muy lento para verla correr al interfon y comenzar a llamar desesperada. Perdiendo por un segundo lo que hacía mire al techo. había vuelto este era el mundo real, mi cerebro recapitulo en unas cuantas fracciones de segundo todas las imágenes desde que salte de aquel puente.

¡¿Debía estar feliz?!... desbordante de dicha, pero mentiría si dijera que era lo que estaba experimentando: confuso, aun desubicado, despersonalizado, definían mejor mis primeras sensaciones.

Sentir de nuevo mi cuerpo "el real", no el idílico era difícil de describir: la sensación era humanamente desagradable, moví los dedos de mis manos, intenté levantar el brazo, pero apenas pude separarlo un poco de la cama, cuando probé con mis piernas fue prácticamente imposible eran pesadas como inmensos sacos de arena, comencé a jadear al sentir de nuevo esa sonda en mi nariz bajando por mi garganta hasta mi estómago y por un segundo quise volver con Dylan y con papá.

Entonces mamá apareció frente a mí, me dio un beso en la mejilla izquierda y después otro en la derecha y con una voz presa de la felicidad

—¿Me escuchas mi amor? ¡Soy yo mamá! estas de vuelta pequeño ¿Cómo te sientes? ¿te duele algo? ¿necesitas algo? Ya todo estará bien.

Se sujeto el tabique de la nariz y sin perder esa enorme sonrisa aperlada continuo

—Discúlpame amor, si te estoy aturdiendo con tantas preguntas quizás sea así, pero es la emoción. No sabes cómo rogué porque este día llegará

«Tantas preguntas en efecto me marearon, aun así, intente hablar y como un infante solo atine a decir un seco y carrasposo».

—Mamá

«Dentro de mi toda una revolución se dispersaba como una estampida de pensamientos que sacudía las paredes de mi mente con sus cascos retumbando dentro de mi cráneo, fue la primera vez que entendí que de ahora en adelante grandes conversaciones se desarrollarían dentro de mí, no por no tener la capacidad de hablar sino por decidir guardar silencio».

Mamá me tomo de la mano, besándomela repetidamente conmovida como si yo fuera un bebé llamándola por primera vez, cubrió su boca con su otra mano mientras sus ojos se llenaban de lagrimas

—Si, soy mamá.

Se giró sin soltarme alzando la voz

—Matthew por fin llegas ¡Está despierto! —exclamo.

Al siguiente instante el doctor Matthew era todo lo que podía ver sobre mi rostro

—Jeimmy ¿me escuchas?

Asentí e hice un esfuerzo levantando mi brazo y llevándolo a mi nariz, tome con mis dedos aquella sonda, pero antes de que pudiera intentar removerla el Dr. Matthew tomo mi mano llevándola de nuevo abajo

—Mhhh —gruñí, negando con la cabeza

—Tranquilo te entiendo te molesta la sonda quieres que te la quite ¿verdad? —preguntó.

Asentí tan efusivamente como me fue posible y con una voz cacofónica respondí

—Sácala

Experimentando esa horrible sensación de esa estructura de plástico limitando mis cuerdas bucales, el Dr. Matthew me sonrió acariciándome el cabello aclaro

La cuna II parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora