La cuna II parte

Sueños de cama y visitando a...

POV Adán.

La kilométrica lista que elabore en mi mente de "anhelos, sueños y cosas por hacer si despertaba del coma" y que en estos últimos meses apuntaba en un cuaderno, sufrió un recorte drástico ante la reaparición de Cedric en mi vida.

Posponer era un lujo que no podía darme, fue como me vi mandando al fondo del cajón el apartado de la lista original que contenía "aventuras por vivir después de la cirugía", no las descartaba, solo que de momento no le hallé caso a alimentar sueños fantasiosos como algún día volar en globo aerostático o surfear en el mar.

«Prioridades, Adán», me dije.

Así que concentré mis energías en mi presente, en lo que, si podía hacer dentro de mis condiciones actuales, fue como concluí que existían dos únicas cosas que haría antes de entrar al quirófano «ya saben por si acaso», la primera era algo que sí o sí debía hacer, la segunda, si me daba tiempo sería un capricho por cumplir, por tema de prioridades, me avoque de inmediato en la primera, «no podía arriesgarme a no despertar de la cirugía, debía barajear todas las posibilidades y una era: que este era un tiempo extra, no me perdonaría el haber estado de vuelta y no reunir el coraje para hacer esa visita».

El acto requeriría de una planeación rápida, estratégica y elaborada bajo el más celoso subrepticio, esto era algo que debía hacer solo, nadie debía enterarse y al estar sentado esa tarde a la mesa cenando en compañía de la familia que había crecido desde que Jeimmy y su mamá prácticamente ya vivían con nosotros, aunado a que mi enfermero Robert y Mary, desde unos meses para acá, dejaron de usar el antecomedor, y ahora realizaban las tres comidas con nosotros, tuve una razón más para agradecer su adición a nuestras vidas, « al no ser solo, mi padre y yo a la mesa», ahora me era más sencillo pasar desapercibido, la atención se repartía entre todos los comensales y las charlas variadas que se desarrollaban generaban un ambiente cálido «la mayoría de las ocasiones», guardé silencio y actué como quien se sume en un estado introspectivo, demasiado absorto en mi plato y distante de mi alrededor, cuando en realidad, analizaba cada movimiento y palabra como «un espía infiltrado» el eje de mi atención se volcó sobre la conversación que mi padre sostenía con la mamá de Jeimmy, aunque este era un comportamiento que no era propio de mí, por suerte estaban demasiado ocupados como para notarlo, organizando como se repartirían las obligaciones y dividirían los tiempos para que Jeimmy acudiera a su terapia y mi padre pudiera ir con su amigo Tyler que en palabras suyas lo sonsacó para acompañarlo al día siguiente por la tarde a unas conferencias.

Estaba pendiente de sus reacciones con disimulo lo miré por el rabillo del ojo.

Meneó la cabeza y sentí sus ojos sobre mí.

—No sé...no me convence del todo, salir. Será mejor que le cancelé a Tyler, ni siquiera me ha dicho bien de que es la conferencia, y la idea de dejar a Adán, solo, justo ahora —bajo la voz y torció la boca.

«En serio se está pensando no ir. Di algo o te arruinara todo».

—Quien sabe, papá, puede que sea solo una artimaña para llevarte a un sitio más divertido, quizás a uno de esos donde las chicas bailan y... —me frene al instante, lo había dicho sin pensar, fue tarde la sonrisa de Mary, que venía entrando con el platón, se esfumo.

Jeimmy miró alternativamente entre la reacción de Mary y en como yo, giré la cabeza eludiendo su mirada.

—No, tú síguele, Adán Matthew «no más Adancito» llevaba desde ese día llamándome por mis dos nombres —Dilo, por mí no te reprimas, nada más que deberías saber que tu padre es un hombre honorable el nunca iría a uno de esos antros de perdición.

—Solo era una broma a lo que me refiero es a que nunca salé —busqué justificarme y me dirigí a mi padre —ve y diviértete, bueno si a eso se le puede llamar diversión en serio una conferencia, me parece la forma más terrible de desperdiciar un viernes por la tarde, pero es mejor a que te quedes encerrado.