A la mañana siguiente me levante como siempre a las 6:30 am, pero esta mañana algunas cosas estaban por cambiar...
—Jeimmy, ya son las 7:00 am levántate a bañar —le avise.
Como todas las mañanas se removió de forma perezosa dentro de la cama
—No quiero ir al cole Didi —se quejó.
Con seguridad el adormecimiento lo hizo responder de forma mimosa como lo hacía siempre, aun sin recordar lo acontecido el día anterior
—Esa es tu decisión Jeimmy, yo ya cumplí con avisarte y a las 7:30 am, me marcho contigo o sin ti —respondí con frialdad.
Su cabeza con el cabello enmarañado emergió de los edredones observándome boquiabierto, pero sin terminar de lograr sentarse, apagando ese quejido, se giró de forma cómica quedando de lado «estragos de estudiar con mamá, pensé».
—Ya voy —me respondió.
El tiempo me sobro, pude sentarme a la mesa a tomar un café, comer una pieza de pan e incluso me preparé un almuerzo "especial, doble emparedado" a las 7:20 am; Jeimmy salió corriendo de nuestra habitación agitado y con la voz alterada me preguntó
—Dylan ¿dónde dejaste mi uniforme? No está en la silla como todas las mañanas.
Enarqué una ceja y subiendo los hombros —respondí con una pregunta sin interés alguno
—¿Pues dónde lo dejaste?
En el bote de la ropa sucia.
—Pues supongo que allí debe estar, la ropa no se lava, ni se plancha sola para aparecer mágicamente cada mañana en la silla.
Arrugó el entrecejo y regreso corriendo a la habitación y en un segundo estuvo de frente a mí con su camisa realmente arrugada y su pantalón incluso con una mancha en la rodilla que me mostro preocupado
—Dylan están sucios y arrugados, así no puedo ir al cole y mi mochila ¿Dónde está?
Ladeé los ojos justo como él lo había hecho conmigo la tarde anterior
—Bueno Jeimmy, son tus cosas y es tú responsabilidad
—P...Pero eso siempre lo haces tú —rebatió con medio puchero en el labio inferior
—Corrección lo hacía... y esas no son cosas que me correspondan, eso es lo que un padre hace por sus hijos, pero no un hermano y en verdad te agradezco que ayer me lo señalaras, tuve tiempo incluso de desayunar y prepararme un almuerzo envidiable —señalé mostrándole mi bolsa de papel estraza. —Quieres ropa limpia, lávala, quieres asistir presentable al colegio plancha tu camisa, bolea tus zapatos, como todos los chicos de tu edad. —Ahora te espero en la puerta, sino estas en 10 minutos me marcho sin ti —le advertí.
Dejando a un Jeimmy con los ojos llenos de lágrimas; en verdad me costó no correr a mostrarle que su otro juego de uniforme estaba listo en el armario, pero esto era una lección, una muy a mi manera y debía ser firme.
Espere desde el marco de la puerta escuchando como sus pasos presurosos iban y venían de un sitio a otro y después de 15 minutos lo escuche
—Ya estoy, no te vayas sin mí ya voy, espérame.
La imagen era entre tierna y vergonzosa a la vez, se había puesto el uniforme tal cual estaba, los zapatos sin bolear y mientras corría hacia la puerta todos los cierres de su mochila venían abiertos
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La cuna II parte
Teen FictionEs la continuación de la cuna Titulada El vuelo de las golondrinas Bienvenidos a la segunda parte de la Cuna. donde tendremos el final. Gracias por seguir aquí. Para los lectores que llegaron aquí y desconocen de la existencia de la primera parte...