Aún queda mucha cuna "Adán"

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—Chicos son las 5:30 y sería bueno que los tres tomáramos una siesta —menciono papá

—No, una siesta ¿para qué? —lo cuestione, no muy de acuerdo

—Bueno tiene que ver con la sorpresa, esta noche iremos al encendido del árbol en la plaza principal del pueblo, pero para eso los necesito bien descansados

—El último en llegar a la cama, se queda —exclame saltando del sillón al piso y corriendo hacia las escaleras

—Espera bicho eso es trampa, yo ya me estaba quedando dormido —se quejó Dylan, desperezándose

—Pues alcánzame —le grite

—Papá no te quedes —lo apresuramos a media escalera compitiendo entre ambos por tomar la delantera

—Sin correr en las escaleras niños —Demandó, solo desconecto el árbol y los alcanzo en un segundo

POV Helen

La mañana de la celebración de "Yule" llego a la cabaña del lago con una baja en la presión de la temperatura que se alineaba con mi desanimo, el paisaje invernal hizo su aparición formando esa primera capa delgada de hielo sobre las aguas del lago, después de la primera nevada de hace tres días.

 Eran estas épocas donde el silencio se hacía más evidente, sin las constantes discusiones de mis niños, respecto a trivialidades como: ¿Quién colocaría la estrella del árbol? Si por fin Jeimmy elegiría el tronco de "Yule", ¿Quién era el mejor ayudándome a hornear el pastel de frutos? 

Las cuales terminaban en una tregua entre ellos dos en el momento que colmaban mi paciencia y con una simple mirada los frenaba, era una de mis técnicas para que ellos mismos resolvieran sus desacuerdos, ya que si yo intervenía, no sería en vano, extrañaba tanto sus risas, esas carreras al muelle apenas salía el primer rayo de sol, añoraba tanto lo que eran ellos dos juntos, un par de chicos sanos, llenos de vida y de sueños por cumplir.

El timbre de la puerta principal sonó, exigiéndome regresar al presente, deje mi taza aún con café en la tarja, ya cuando volviera la lavaría; aun me encontraba dudosa de sí había tomado la decisión correcta, pero después de todo no tardaría más de dos horas y no me alejaría de la zona del lago. Cuando abrí la puerta inmediatamente escaneé a ese chico alto y delgado que portaba su filipina blanca como parte de su uniforme. 

Me extendió la mano —Por fin Sra. Douglas es un placer conocerla en persona soy Ethan —se presentó. 

Lo invite a pasar y aunque ya me había hablado de sus referencias, no estuve satisfecha hasta que tuve cada una de las cartas sobre mis manos. 

—Pensaras que soy una obsesiva, Ethan pero rara vez dejo a Jeimmy solo; normalmente solo me aparto de él, cuando debo ir al siguiente pueblo que está a 2 horas y esto no tiene más de tres meses que inicio, pero confió en que pronto terminará, me frene sabiendo que los detalles de mis visitas, una vez cada 15 días al Hospital de dicho pueblo y la razón por la que debía ir o en especifico a quien visitaba, no era algo de interés para este enfermero.

No obstante para dejarle muy claro que yo era muy minuciosa con los cuidados de Jeimmy 

—agregue —más allá de eso rara vez salgo, todo los víveres los encargo a domicilio, no sé si mi padre te lo conto, pero llevo ya un poco más de dos años trabajando desde aquí.

 —Sí el Sr. Novak, me ha contado que es usted una madre muy dedicada. Esa declaración me tomo por sorpresa pues papá era especialista en recordarme todos los fallos que había tenido con Jeimmy como madre, pero sobre todo lo mal, que había hecho al criar a Dylan. 

 Era bueno saber que por lo menos con sus conocidos expresaba un mejor concepto de mí. Sin darle mas vueltas lleve a Ethan a mi habitación y después de explicarle cada procedimiento con sumo cuidado, le especifique:

—Bueno, en realidad no voy lejos, solo visitare a un amigo aquí en la zona residencial del lago vive a menos de 30 minutos 

—No se preocupe Sra. Douglas yo trabajo en la UIC (Unidad de cuidados intensivos) Jeimmy está en buenas manos —afirmo, su mirada no dejaba lugar a duda; era una buena persona.

Llegue en menos de 20 minutos a la casa de Matthew eran alrededor de las 10:00 am, la cita era para tomar el desayuno en la terraza y ver a su hijo Adán, el cual ya llevaba casi 5 meses de haber despertado del coma; en verdad tenia deseos de ver a mi amigo pues últimamente era poco lo que podíamos hablar, él se había tomado una licencia de un año a partir de que Adán volvió, únicamente continuo atendiendo a Rachel la madre de un chico menor que Jeimmy, el cual había despertado hace un mes, así que actualmente solo le daba seguimiento a mi niño, me alegraba que su hijo y el otro niño, Robín sino mal recuerdo ya estuvieran recuperándose, pero no dejaban de ser sentimientos encontrados que estaba fallando en mi pequeño, por qué el aun no despertaba, por lo que supongo que también quería ver por mi misma el resultado de los tratamientos, hecho un éxito en el hijo de Matthew, tal vez era algo morboso o egoísta pero para este punto necesitaba afianzarme a cuanto fuera posible para mantener viva la esperanza.

Una vez que la ama de llaves me llevo a la terraza de la planta superior desde donde se veía el lago, apenas tome asiento, esa discusión se filtró desde el pasillo. 

—¡Es que no quiero papá!  ¡por qué no solo me dejas en paz! Es tu amiga, tú desayuna con ella a mi déjame dormir; odio ver gente que no puedo recordar, me siento un idiota, además detesto como me miran como si fuera un milagro frente a ellos. Ya lárgate de mi habitación y hoy no hare los ejercicios, no me importa cuánto insistas —espetó

Enarque las cejas quedando boquiabierta vaya emperador, mal hablada y voluntariosa que tenía mi amigo por hijo. Una sonrisa tenue se formo en mis labios recordando los arrebatos de Jeimmy, pero de inmediato se diluyo, cuando la puerta corrediza de cristal se abrió. Matthew se veía realmente abochornado y señalando hacia el interior —me preguntó 

—Lo escuchaste, la forma en la que me habla. Negó con la cabeza y de inmediato se lanzo sobre la silla desplomándose se llevo una mano a la frente.

—Ya no se qué hacer con él cada día se comporta peor, siento que de nuevo lo estoy perdiendo —exclamo desanimado y suspiro pesadamente; finalmente acomodándose en su asiento se disculpo

 —Perdóname Helen, por lo que acabas de presenciar, se que tú no estás para estos desplantes.

 Tome su mano intentando brindarle mi apoyo —Tranquilo Matthew, es normal ambos se están reacomodando pero ¿Sí quieres un consejo sincero?...


Nota: La imagen es lo más cercano a como imaginó la habitación de Adán; que da a la terraza del siguiente capitulo.

La cuna II parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora