Pov Matthew
Prácticamente pasamos la noche en vela. Helen continuaba sentada al lado de la cama de Jeimmy en silencio, absorta en sus pensamientos y a la vez atenta a cada una de sus respiraciones y reacciones; podía entender su angustia, Jeimmy apenas duro unos minutos con los ojos abiertos, para caer rendido quedándose dormido, debí explicarle que era una respuesta normal del cuerpo.
Despertar de un coma era algo extenuante, que durante las primeras horas se producía con pequeñas y breves reacciones de forma lenta y pausada, por ello cada interacción inicial con el mundo le restaba grandes cantidades de energía, así que, por ilógico, que sonara visto desde el exterior Jeimmy necesitaba descansar. La mayoría de las personas estaban muy mal influenciadas por las películas de "Hollywood" con despertares de un estado de coma «de ensueño», como sí solo acabaras de tomarte una siesta, sin embargo esto era la vida real; y por desgracia las cosas no eran tan sencillas, era cierto que como padres estallábamos en felicidad ya que la primera gran victoria era nuestra, la más difícil de lograr que por desgracia no todos alcanzaban, verlos abrir los ojos de nuevo, no obstante el camino de recuperación era duro y lleno de obstáculos, quien mejor para entenderlo que yo, que ahora mismo lo recorría al lado de mi hijo.
Había estado demasiado centrado, en vigilar la evolución de Jeimmy, durante las primeras horas era imperante realizar anotaciones de los cambios que los monitores arrojaran, comprobar constantemente que sus signos vitales se mantuvieran dentro de un rango estable; estuve tan entregado a esas tareas, que en determinado momento perdí la noción del tiempo transcurrido. No obstante como un chasquido de dedos dentro de mi cabeza, mis pensamientos volaron hasta mi hijo con el silencio del alba, no tenía, ni que acercarme a la ventana para deducir que pronto amanecería; antes podía perderme días trabajando, ahora no importaba que tan ensimismado me encontrara con el trabajo que reduje solo a: pequeñas participaciones en artículos médicos y alguna que otra asesoría para alguno de mis colegas, ya que había decidido tomarme un tiempo fuera; Adán era mi prioridad, el único proyecto que ahora lograba robarme el sueño, me descubrí la manga de la bata comprobando que mi reloj de pulso marcaba las 5:30 am, era tarde, me puse de pie y camine acercándome hasta la cama ortopédica, coloque mi mano sobre su hombro y con un tono calmo la llame
—Helen, no tarda en amanecer, se me paso la hora, debo ir a alistar a Adán para su terapia —le avise
—Saldrás, te vas a ausentar ¿ahora? —pregunto con temor en su rostro
—No, no, jamás te dejaría sola en este momento, déjame te explico, últimamente no hemos tenido mucho tiempo de charlar, desde que Adán comenzó con la fisioterapia, instalamos una sala de rehabilitación y ejercicios aquí en casa, se encuentra detrás de aquella puerta —señale —su fisioterapeuta viene todos los días. Y debo subir un momento para ayudarlo a alistarse, no tardaremos —afirme.
Dirigiéndome a Robert que se puso de pie del sillón, donde se encontraba sentado dormitando, se tallo los ojos y exclamo
—Dr. Matthew, es tardísimo, no me di cuenta. Lo siento.
—No sucede nada Robert, fue la tensión de la noche a mí me paso igual, solo debemos apresurarnos un poco, si su fisioterapeuta llega antes no tendrá inconveniente en esperar unos minutos.
Íbamos subiendo las escaleras cuando Robert se adelantó algunos escalones y quedando de frente a mi —aseguro, de forma cándida
—Conociendo al gorrión, debe creer que nos hemos olvidado de él y que, por esta ocasión, se ha salvado de la terapia.
Sonreí contándole
—De niño ¡No sabes todas las trastadas que me hacía cuando no quería ir al colegio! Llego a atrasar todos los relojes de la casa, incluso mi reloj de pulso, aun me pregunto cómo lo logro si yo duermo con el reloj puesto.
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La cuna II parte
Teen FictionEs la continuación de la cuna Titulada El vuelo de las golondrinas Bienvenidos a la segunda parte de la Cuna. donde tendremos el final. Gracias por seguir aquí. Para los lectores que llegaron aquí y desconocen de la existencia de la primera parte...