-Gracias.
La enfermera asintió con una sonrisa en mi dirección.
Cuando salió por la puerta, al instante entró Alexander. Su cara de agobio me hizo apoyar mi cabeza contra la pared y cerrar los ojos. Apreté la mandíbula.
-¿Han habido... heridos graves?- susurré, sin atreverme a abrir los ojos.
La cama en donde estaba sentada, se hundió en la esquina debido al peso de Alexander. Puso su mano sobre mi pierna y apretó ligeramente.
-No. Han habido algunos con algún que otro hueso roto, pero nada que no tenga solución.
Dejé salir el aire.
El que hayan habido huesos rotos, tampoco era algo para sentirse aliviada... Pero en mi caso sí, ya que eran cosas que sí tenían solución... no como la muerte. De la muerte nadie volvía.
Abrí los ojos, cuando Alexander no volvió a emitir palabra alguna. Me miraba en silencio. Con una mirada preocupada. Negué con la cabeza y no pude contener más las lágrimas. Me llevé las manos a la cara, y al segundo tuve los brazos de Alexander alrededor de mi.
-Sé que te has asustado. Yo estaría peor de lo que estás ahora- murmuró contra mi pelo, y yo cerré mis puños contra su camisa- No has hecho nada malo. No a sido tu culpa.
Negué, tranquilizando mis sollozos.
-No entiendo nada de lo que está pasando- me separé de él para enseñarle mis manos, las cuales estaban normales y en su color natural- Desde que el corazón de esa cabra cayó en mis manos, algo le a empezado a pasar a mi cuerpo- susurré- Venas empezaron a manifestarse de una forma inusual desde esa noche en mis muñecas. Pero lo de hoy... lo de hoy me a asustado bastante ya que... no podía controlar mi cuerpo.
Levanté la mirada, para observarle.
-Alexander, sal un momento por favor.
Mi pecho se encogió y observé la puerta de la habitación de hospital donde estaba. Eddy Douglas estaba de pie, sujetando el pomo de la puerta. Tracy estaba detrás de él, de brazos cruzados. Me limpié el resto de lágrimas de mis mejillas.
Alexander asintió y tras darme una suave palmada en mi hombro, salió de la habitación. Eddy, cruzó sus brazos, enfundados en una chaqueta vaquera negra. Su pelo negro estaba un poco mojado. ¿Había llovido? ¿O se acababa de bañar y había tenido que salir corriendo de casa y venir aquí?
Me tapé el regazo más con la sábana, ante su mirada fría.
-Cuéntame qué es lo que a pasado- murmuró con voz tranquila, asintiendo en mi dirección.
Miré a Tracy, nerviosa por las miradas de ambos.
-Me empecé a encontrar mal. Mi cabeza me empezó a doler, las venas de mis manos y muñecas parecían querer salir de debajo de mi piel- susurré, bajando la mirada a éstas- Y solo recuerdo haber gritado del dolor insoportable que sentía en ese momento.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...