Fue difícil.Quizás más que lo que tuve que experimentar anoche.
Fue difícil el no poder apenas mirar a mi abuela a los ojos al siguiente día. Alexander me dejó anoche bajo la ventana de mi habitación. Recuerdo cómo casi despertamos a medio vecindario intentando que no me callera por la hiedra. Y fue tocar las sabanas de mi cama, y caer dormida.
Mi abuela en el desayuno, no apartó la mirada de mi rostro. Me miraba fijamente mientras, lentamente, comía su tostada. Y cuando mi abuela hacía eso, es que algo estaba pensando. A algo le estaba dando vueltas en su mente.
-¿Estás bien?- me preguntó, señalando mi mano.
-Sí. La venda anoche no paraba de caerse así que tuve que envolverme toda la muñeca- expliqué para acto seguido beber de mi taza de café.- Hoy tengo un examen, así que será mejor que vaya a prepararme.
Me levanté y le di un beso rápido en la mejilla.
Una vez en mi habitación, pude dejar salir el aire que estaba conteniendo. Me dirigí hacia mi ordenador, y lo apagué. Me levanté unos minutos antes de que mi abuela llamara a mi puerta para despertarme. Mi historial de búsqueda estaba lleno de las mismas tres palabras.
Eddy Jordan Douglas
Pero internet parecía no saber nada de él. O mejor dicho, él parecía no saber de la existencia de internet. Ya que no poseía ni siquiera una simple cuenta privada de Instagram.
Así que eso me hizo más complicado conocer más acerca del Amo de la secta en la cual a partir de hoy, estaba dentro. Parecía joven por su apariencia, ¿cómo no poseer siquiera una red social, entonces?
Me puse la mochila a mis hombros tras ponerme una chaqueta, ya que octubre empezaba a manifestar su frío ambiente. Bajé las escaleras, para observar a mi abuela apoyada contra la encimera de la cocina. Fruncí el ceño unos segundos. Pero seguí mi camino cuando observé que simplemente estaba esperando a que el agua del grifo de la cocina se calentara, para poder lavar los platos. Y sin hacer ruido, cerré la puerta de la entrada detrás de mí.
Caminé hacia la acera, para sentarme y esperar a que Alexander viniera lo antes posible con su coche. Tal vez le mentí a mi abuela en lo de la mano, pero no en lo del examen. Para el cual ni siquiera había abierto un libro. Observé mi mano envuelta en la venda blanca, y por alguna razón, los raros sueños que a veces solía tener junto a una sombra negra, acudieron a mi mente. Ésta noche no había soñado nada.
Había dormido en completa oscuridad.
Y no se si era cosa de sentir alivio o preocupación.
-¿Kimberly? ¡Kimberly!
Elevé las cejas y levanté la mirada al frente con una sonrisa.
-¡Tia Melanka!- dije con una enorme sonrisa en mi rostro- ¡Mi abuela no me a comentado nada de tu vuelta de vacaciones!
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...