77⛥Craziness

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Capítulo dedicado a vickiorono008

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Capítulo dedicado a vickiorono008

Por primera vez en mucho tiempo la orden volvería a reunirse.

Antes del anochecer Deimos y yo decidimos bendecir con nuestra presencia la capilla. Mi plan para visitar a los primeros amos no era muy complicado de llevar a cabo pero Deimos insistía en no dejarme a solas en nada por lo que acepté a regañadientes.

-Alexander traerá nuestras togas.

Escuché el bufido de Deimos con cierta diversión.

-Tenemos que empezar a dejarlas aquí. Es un incordio.

Asintió ante mis palabras y ambos apagamos la luz para empezar a encender velas blancas.

Le observaba en silencio de vez en cuando. No había mencionado palabra alguna de lo ocurrido con Tracy. Ni ella tampoco. Cuando volvieron Tracy lucía mucho mejor que antes pero no supimos nada más de su extraña conversación privada.

Tras colocar la tercera vela en el suelo procedí a encender la siguiente, con la espalda de Deimos a unos centímetros de mí.

-¿Te encuentras bien?- murmuré, dejando la vela en el suelo.

Me miró por encima del hombro con una pequeña sonrisa.

-Te contestaría con que los arcángeles no sabemos el significado de esa pregunta, pero ya no soy uno de ellos por lo que únicamente me encogeré de hombros. -dijo con la voz apagada, imitando tal gesto.

Él continuó encendiendo velas pero mis ojos no pudieron evitar el generar lágrimas.

Avancé hacia él y con cuidado posé mi cabeza sobre su espalda y mis manos alrededor de su cintura.

-Siempre serás un ángel para mí, Deimos.

Su respiración se volvió más profunda y sus manos se posaron con delicadeza sobre las mías para deshacer mi agarre.

Lentamente me encaró para después dibujar una pequeña sonrisa cuando volví a colocar mi dedo índice sobre uno de sus hoyuelos. Con un jadeo logré retirar el dedo rápidamente antes de que lo mordiera. Cogió la última de las velas para encenderla, con su mirada fija en mi. Perdiéndose en sus posibles pensamientos se le olvidó de sacudir la cerilla, la cual estaba a punto de quemar sus dedos con la llama. Elevé una ceja cuando ni siquiera titubeó al posar el dedo pulgar sobre la llama, apagándola. Volví a conectar nuestras miradas.

No tenía idea de qué estaba cruzando su mente, pero fuera lo que fuera no era nada agradable ya que inspiró con fuerza para después apretar con fuerza su mandíbula. Desviando su mirada se agachó para dejar la vela en el suelo, cerrando el círculo.

-¿Qué pasa si no está dormida?- pregunté.

Deimos me miró de reojo.

-Si no está dormida no podrás establecer conexión alguna. Te verás arrastrada a la realidad de nuevo.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora