[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS]
Érase una vez un ángel y un demonio.
El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse.
Así como es...
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⛥Antes de nada, mil gracias por los 6K. ¡Por más y eterno crecimiento! A continuación os dejo con uno de los capítulos que más trabajo me a llevado desarrollar y el cual espero que adoréis. Un abrazo, Genevaxxx⛥
⛥
Mis pies estaban descalzos.
Las plantas me hacían cosquillas en las plantas de éstos a medida que andaba por el oscuro bosque. Un camisón negro cubría mi cuerpo y me llegaba hasta los tobillos. Mis dedos rozaban los troncos de los árboles con delicadeza, sin saber muy bien a dónde me estaba dirigiendo.
Pero me dejé guiar. Me dejé guiar por la esperanza de que se me mostraran las respuestas a mis dudas.
Distinguí al fondo de los árboles una tenue luz azul. Fruncí el ceño y aceleré mi paso hacia ella. A medida que los árboles iban desapareciendo, igual lo hacía la seguridad en mi interior. Mis pasos se detuvieron cuando quedé al descubierto en un enorme campo circular. La noche carecía de luna, pero la persona que observaba la luz en el suelo parecía encargarse de aportar la luz necesaria para poder distinguir cosas alrededor de uno. Retomando mi camino me encargué de repasar a detalle la situación.
Una persona enfundada en una larga capa negra y con su cabeza escondida dentro de una gran capucha me daba la espalda. Rodeando su cuerpo ahogué un jadeo ante lo que mis ojos estaban presenciando. En frente de la persona, en el suelo concretamente, había un enorme agujero de luz azul. Dicha luz pareció arrastrarme hacia ella ya que por unos segundos me olvidé de la intimidante figura a mi lado y me arrodillé, deleitada por la belleza en frente mía. Parecía un portal . Un portal directo al cielo.
-¿Qué es lo que deseas saber?
Lentamente alcé la cabeza, observando al varón de misteriosa apariencia. Mis ojos se mantuvieron varios segundos fijos en él, para después desviarlos hacia el agujero azul.
¿Qué deseaba saber? ¿Por dónde tendría que empezar? Había demasiadas preguntas en mi mente. Demasiadas dudas. Tantas que lograban debilitarme. Debilitar mi cordura. Ya no encontraba lógica a nada.
No sabía si estaba luchando contra demonios o yo era el demonio.
Poniéndome de pie, quedé en frente del misterioso hombre. No podía ver su rostro ni sus manos. Si no fuese por la voz de ultratumba que salía de su boca, podría apostar a que no había nadie bajo la oscura capa.
Suspirando, alcé mis brazos para después dejarlos caer a ambos lados de mi cuerpo.
-Todo- susurré- Deseo saberlo... todo.
Hubo varios segundos en los que el tiempo pareció detenerse. Pero por haber bajado la guardia no logré detener a tiempo el empujón que recibí, haciéndome caer dentro del agujero.
Un grito salió de mi boca al lograr agarrarme al borde de éste. Sentía mi cuerpo flotar en la nada. El misterioso hombre se posicionó en frente de mí. Le dirigí una mirada de socorro pero como respuesta obtuve un agudo dolor en mis dedos aferrados al borde, los cuales estaban siendo aplastados por sus pies.
