Capítulo dedicado a bri_r0q
-No temáis.
Mi voz, aún calmada, no logró borrar las miradas de desconfianza y miedo puestas sobre mí.
Había decidido entrar por la gran puerta principal de la mansión.
A mi alrededor todo era sangre y cuerpos. ¿Acaso no se decía que los ángeles eran seres pacíficos? Pues la macabra escena que tenía en frente de mí gritaba de todo menos pacifismo. Antes de subir las grandes escaleras del vestíbulo un ruido bajo éstas había captado mi atención. Varias personas con uniformes de camareros y de cocina estaban arrodillados y acurrucados, con lágrimas en las mejillas. Visualicé a tres hombres y cuatro mujeres. Y la cuarta mujer poseía un peinado familiar. Cuando sacó el rostro del cuello de la mujer a su derecha, una media sonrisa fue dibujada en mi rostro.
-Graciela.
Su mirada viajó lentamente a mí.
Cuando recorrió mi rostro cierto alivio recorrió sus ojos, pero al bajar la mirada a mis manos la desconfianza los inundó. Mi sonrisa se fue borrando lentamente.
-Mi ira no es contra vosotros. No tenéis nada que temer.- dije para acto seguido tender mi mano en dirección a ella- Necesito tu ayuda.
Los demás miraron mi mano, desconfiados.
Y acto seguido miraron con los ojos como platos a Graciela, quien con los labios temblando se levantó para posar lentamente su mano sobre la mía. Sentí su cuerpo tensarse cuando cerré mi mano sobre la suya, ejerciendo cierta presión. Sabía que podía confiar en ella.
Y con la mano de Graciela en una mano y el grimorio de Armadel en la otra eché una última mirada a las personas bajo las escaleras
-Podéis marcharos. Éste ya no es lugar para vosotros.
Empecé a subir las escaleras con Graciela a mis espaldas.
Pude escuchar los sollozos de las personas al cruzar la puerta de entrada. Libres. Eché una mirada por encima de mi hombro sólo para verificar cómo Graciela miraba distraídamente las venas de mi mano derecha.
-No te preocupes, desaparecerán.- dije sin estar convencida del todo.
¿No deberían de haber desaparecido ya? Comprendía el cambio del color de éstas, pero siempre que me tranquilizaba mental e internamente éstas acababan siendo absorbidas de nuevo por mi piel.
-Necesito que me lleves a la sala de cámaras.
Su mirada subió a mi rostro.
Comprendía lo perpleja que la tenía ésta situación, pero le hice saber con un ligero apretón en nuestras manos unidas lo rápido que necesitaba que actuase. Asintió para guiarme hacia la primera planta. Cruzamos el oscuro pasillo hasta llegar a la penúltima puerta de la pared derecha. Abrió la puerta sólo para soltar un jadeo ahogado ante el cadáver con la cabeza aplastada, tendido en el suelo. Uno de los televisores estaba junto a su cabeza. Roto. No podía imaginar la de veces que debieron de haber estrellado éste contra la cabeza del tipo para no dejar ni un hueso visible. Sin inmutarme pasé por encima para enfocar mi mirada en las grises imágenes de los televisores.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...