Capítulo dedicado a lupisflores38
-¿No vas a dormir?
La voz de mi abuela me hizo levantar la vista de las páginas del grimorio.
Iba a ser una larga e intensa aventura ya que cada hoja era un mundo diferente en el cual era peligroso adentrarse. Cerré con cuidado el grimorio, cerciorándome de que el número de Graciela seguía entre sus páginas, para después meterlo en el primer cajón de la mesilla de noche.
-Creo que quien necesita dormir aquí no soy yo.
Caminó con una mueca emocional para sentarse en la esquina de mi cama. Cuando el señor Douglas abandonó nuestra casa tuve que lidiar con llantos sin control por parte de ella. Tras tranquilizarla y prometerle que no tenía dolor alguno al fin me dejó ir a mi habitación.
No supe lo mucho que necesitaba una ducha hasta que el agua bajo mis pies empezó a tornarse oscura. Las venas bajo mi piel habían disminuido de intensidad pero su presencia seguía siendo más que notoria. Mantuve mi cuerpo un buen rato bajo la regadera antes de salir a enfundar mis manos en unos guantes negros de invierno y enfocarme en el grimorio.
-No podía dormir con tu ausencia. No me sentía completa.
Bajé la mirada a su mano apoyada sobre mi rodilla.
-Ahora estoy aquí, abuela.- respondí con una pequeña sonrisa.
Hubo algo en su rostro que me hizo borrar la sonrisa.
Por su mirada cruzó incluso cierta desconfianza. Retiró lentamente su mano de mi rodilla para después bajar disimudalamente su mirada a mis manos cubiertas.
-No sé porqué pero siento que algo no anda bien.
Fruncí el ceño y ladeé la cabeza.
-¿A qué te refieres?- pregunté inocentemente- Tu nieta está de vuelta. Y además sana y salva.
Sabía a lo que se refería.
Pero no iba a ser objeto de mi preocupación. No en éste momento. En mi camino de vuelta a Salem tuve tiempo de pensar profundamente las cosas. Y una conclusión a la que llegué era que varios desaprobarían a la nueva Kimberly y desarrollar una preocupación por dicha conclusión era propio de la antigua, no de la nueva.
-Tu mirada.
-¿Mi mirada?
Pasé la lengua por el interior de mi mejilla derecha con expresión de no tener idea alguna de lo que me hablaba.
Al no obtener nada más por su parte di una palmada para después levantarme enérgicamente de la cama. Me calcé unas zapatillas blancas y agarré una chaqueta negra. Una vez enfundada en ella me dirigí hacia la puerta.
-¿Adónde vas?- preguntó exaltada, siguiendo mis pasos al salir de la habitación.
-Hay más personas a las que debo atormentar con mi regreso, abuela.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Roman d'amour[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...