71⛥The Cure

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Capítulo dedicado a josv25

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Capítulo dedicado a josv25

La lluvia azotó mi cuerpo y cabello al estar a unos metros de la capilla. 

Bueno, al menos el bosque no se incendiaría. Eché a correr como pude con el grimorio escondido bajo mi jersey negro.

Bajé rápidamente las escaleras para después caminar hacia la sala, donde se encontraba un Alexander de brazos cruzados. En el suelo había armado una especie de cama para Deimos. Éste último se encontraba arropado con la manta negra. Unas velas blancas formaban un círculo alrededor de su cabeza. Sin mediar palabra alguna arremangué las mangas de mi jersey para después abrir el grimorio encima de la mesa de materiales. Miré mis temblorosas manos decoradas con las tan adoradas venas negras.

-Joder.

Miré a Alexander, el cual miraba éstas con asombro. Nunca se acostumbraría. Ni siquiera me acostumbraba yo aún. 

No tenía idea de dónde había dejado mis guantes. Mi cabeza era un completo caos ahora mismo. Poniendo mis manos sobre las páginas del grimorio cerré los ojos por unos segundos. Pero me fue imposible el concentrarme y sin la concentración el grimorio ni siquiera se dignaría a escucharme. Decidiendo probar volví a cerrar los ojos con fuerza.

-Muéstrame la cura, grimorio de Armadel. Muéstrame la cura, por favor. 

El grimorio sabía bien a lo que me estaba refiriendo, mas decidió no obedecerme ésta vez.

Repetí el mismo proceso varias veces pero el resultado fue el mismo. Impacté con fuerza mis manos sobre sus páginas. Mi respiración empezó a ser rápida al darme la vuelta y arrodillarme junto a Deimos. Respiraba fuertemente y el sudor era bastante abundante sobre su frente y pecho descubierto. Por inercia estiré mi brazo para tocar su frente y apreté la mandíbula al notar la alta temperatura de su cuerpo. 

-Paños. Necesito paños mojados con agua fría. -tartamudeé para mí misma. 

Volví a levantarme y me tambaleé ante el dolor de mis pies. 

Ignorando la mirada de Alexander avancé hacia uno de los armarios de la vitrina de suministros para coger los tres paños que encontré y a paso rápido me dirigí hacia el cuarto de baño. Mojando éstos con agua helada volví sobre mis pasos para ponerlos sobre su frente. Estaba inconsciente pero podía sentir y probablemente escuchar ya que ante los paños su respiración se reguló un poco a la vez que tensaba y destensaba la mandíbula.

-Kimberly.

Seguí colocando los demás paños sobre su pecho y mi preocupación aumentó más cuando empezó a tener repetidos escalofríos. 

-¡Kimberly!

Di un salto en mi lugar para después mirar de golpe a Alexander, quien se había arrodillado a mi lado.

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