Capítulo dedicado a MiZulJim
Lo conseguí.
Descalza y con las plantas de mis pies en carne viva conseguí llegar a casa. Con el grimorio bajo mi brazo y mi teléfono en otra me dejé caer en las escaleras de la entrada, haciendo muecas de vez en cuando por el dolor de pies que no me permitía andar derecha.
Mi padre había desaparecido tras rebelarme al fin el nombre de Eddy Douglas. Cabía destacar que Deimos le sentaba mil veces mejor que Eddy. Esa intensa a la vez que perversa mirada era digna de dicho nombre. Me frustró el hecho de no poder preguntarle a mi padre nada más, pero me quedé tranquila por el hecho de que lo más probable es que volviera a presentarse pronto ante mí.
¿Cómo me encontraba tras nuestro encuentro? Abrumada. Abrumada por el amor que sentí en sus ojos cada vez que me miraba. Abrumada por su mirada, la cual de vez en cuando parecía estar orgullosa de lo que estaba viendo. No poseía idea alguna de lo que podría hacer para ayudar a Edd... a Deimos. Iba a ser una difícil tarea empezar a llamarlo por su nombre real ya que al igual que todos, nos habíamos hecho al nombre de Eddy. Pero el único que entiende ésta situación era Samael, ya que su destino fue similar. Y las deidades infernales si algo poseían era palabra. Me había dado su palabra de ver lo que podía hacer por ésta situación y el único atisbo de esperanza en mi corazón estaba atado a esas palabras. Por lo que decidiendo olvidar por unos segundos el tema por mi bien decidí levantarme para llamar al timbre. Yo y mi manía de olvidar las llaves.
Movía las plantas de mis pies, intentando pisar sobre los laterales de éstas para no seguir sintiendo el escozor que me hacía querer amputarme los pies. La luz del salón era la única encendida y cuando quise caminar hacia los ventanales para averiguar la razón por la que mi abuela tardaba tanto en abrir la puerta, ésta última se abrió. La mano derecha de mi abuela viajó a su boca al instante en el que verificó mi aspecto. Agradecí el haber dejado la capa en la capilla. Haciéndola a un lado caminé a duras penas hacia la cocina. Dejando el grimorio sobre la mesa del comedor me dirigí a la nevera. Un gemido salió de mi interior cuando el zumo de naranja cruzó mi seca garganta. Bebiendo de la botella pude sentir la mirada de desaprobación de mi abuela.
-¿Te encuentras bien? ¿Llamo a una ambulancia?
Logró dibujar una sonrisa cansada en mis labios.
-Sólo son heridas temporales, abuela. - dije, volviendo a coger el grimorio y echando a caminar hacia el salón.- No deberías de preocu-
Mis palabras desaparecieron ante la imagen que tenía en frente de mí.
Los ojos de las personas en frente de mí viajaron primero a mis pies, para después dirigirse al libro bajo mi brazo derecho y finalmente acabar en mis manos cubiertas. Una mujer blanca con un largo vestido verde y un pelo largo, canoso y rizado puso su mano sobre la rodilla del hombre moreno de gran panza a su lado, quien se levantó con una mirada para nada agradable para mi intuición.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...