Capítulo dedicado a MarianPrez6-¡¿Que Eddy qué?!
Suspiré, haciendo una mueca ante su chillido.
-En teoría ahora es Deimos.
La boca de Alexander no podía estar más abierta. Creo que el daño cerebral que le había causado no tendría cura alguna.
No ésta vez.
Volví a enrollar la toalla blanca alrededor de mi cabello húmedo y decidí sentarme a su lado de nuevo. Observé detenidamente las llamas devorar la leña de la chimenea en frente de nosotros. Empecé a replantearme seriamente si había sido buena idea cederle el control a mi lengua para que dejara salir todas las locuras descubiertas en tan poco tiempo. El rostro desencajado de Alexander empezó a preocuparme cuando el párpado de su ojo derecho empezó a temblar.
Antes de darme tiempo a posar mi mano sobre su pierna éste se levantó, exaltado. Llevó sus manos a su cabeza y empezó a respirar con fuerza a la vez que caminaba de un lado a otro por el salón de Melanka.
-¿Un arcángel? ¿Cómo ninguno de nosotros nos dimos cuenta éstos años? ¿Ni es hermano de Tracy ni se apellida Douglas, entonces? ¿Y sus alas? ¿Dónde las esconde?
-¡Alexander!- grité, sin levantarme del sofá- No me hagas arrepentirme por haberte confiado esto.
No cesó de murmurar locas teorías por lo bajo.
-¿Desterrado?- graznó de repente, llevando una mano a su boca- ¿Significa eso que es un simple mortal ahora? ¿Y qué piensa hacer?
-Desde luego no salir nunca de esa dichosa cabaña.
Sus ojos al fin se fijaron en mí y los suyos fueron cristalizándose poco a poco.
-No debería de sorprenderme tras todo lo que he vivido a tu lado éstos últimos meses, pero no esperaba esto de Edd... Deimos. ¡¿Cómo demonios se supone que debemos de llamarle ahora?!
Dejé mi espalda reposar contra el sofá y posé mis pies vendados encima de la mesa del té.
La llegada de Alexander al principio fue un caos. Quería saber la razón de las heridas de mis pies, de mis manos... la razón de mi desastroso estado, en general. Tuve que explicarle en orden todo. Desde la vez en la que descubrí lo que Deimos era hasta lo ocurrido la noche anterior con mi padre. Tuve que acabar yo misma de desinfectar las plantas de mis pies con alcohol ya que éste no fue capaz de mover dedo alguno por el shock. Pero de todas las cosas que le confesé, sólo una logró apoderarse de su mente. Y era el hecho de lo bien que mantuvo todo escondido éstos años. Se sintió decepcionado consigo mismo por no haber tenido nunca sospecha alguna.
-Te he contado todo esto porque necesitaré ayuda de aquí en adelante. Y necesito que me prometas que nada de esto saldrá de aquí. -dije mirándole fijamente.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...