35⛥Mom

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-¿Te sientes mejor?

Hice un sonido con la garganta para hacerle saber a mi abuela mi respuesta afirmativa. 

No saqué mi rostro de debajo de las almohadas. Sentía el ardor de la bolsa de hielo en lo bajo de mi espalda, pero el ardor disminuyó el dolor. 

Mi abuela supo desde el instante en el que crucé la puerta que no podría aguantar otro de sus discursos. Se limitó a tumbarme en el sofá y a preguntarme si necesitaba algo. Escuché el sillón a mi lado rechinar por su peso. Me dolía la cabeza y miles de cosas me rondaban por ella.

Solo deseaba dormir y no pensar en nada. Pero sabía perfectamente que hasta en sueños acudirían a mí. ¿Quienes? No tenía ni idea. Últimamente no tenía idea de nada. 

Una presión se ejerció en mi pecho ante el silencio de alrededor. Era un silencio ensordecedor ya que podía escuchar los pensamientos de mi abuela con facilidad. Apreté los ojos varios segundos, intentando echarme atrás ante la decisión que mi mente estaba comenzando a tomar. 

Pero por primera vez en varios días, decidí mandarlo todo a la mierda. 

Con cuidado logré sentarme de manera cómoda en el sillón. Mi pelo caía a mechones sobre mi rostro y lo retiré con suavidad para después encontrarme con la triste mirada de  mi abuela. Mantuve la neutralidad en la mía.

-¿Quieres saber qué demonios ocurre, abuela? Te lo contaré todo, entonces- su mirada cambió ante mis palabras y se acomodó bien- A cambio de que me cuentes todo lo que sabes de mamá y en lo que estaba metida.

Su expresión fue como si hubiesen arrojado un balde de agua helada sobre su cabeza. Nos mantuvimos varios segundos en silencio, mirándonos. 

-No soy tonta abuela. ¿Crees que no llevo estos años pensando una y otra vez sobre el hecho de que a mi madre se le olvidara el horno encendido? ¿A mi madre? ¿Quien lo controlaba todo? 

Su mirada se cristalizó y me sorprendió cuando asintió, aceptando el trato. 

No lo pensé dos veces y empecé a relatar todo como si de una novela se tratara. 

-Estoy en una secta.

No retiré mi mirada de la suya, queriendo capturar cada emoción que se cruzara en ella. Tragó saliva y puso sus temblorosas manos en su regazo, asintiendo secamente en mi dirección.

-Ahorrémonos el que me advertiste y demás. A sido una de las mejores decisiones que e tomado en mi vida- dije, encogiéndome de hombros- No matamos gatos, ni bebés ni hablamos con el diablo, si eso es lo que te aterra.- rodó los ojos y yo medio sonreí- E conocido a los que ahora son mis... ¿amigos?- dudé a lo último, pero no podía negar que se sintió bien decirlo- Me ayudaron en su momento y me siguen ayudando en todas mis dudas y mis extraños eventos. Y sí, el Amo es Eddy Douglas, el hijastro de la familia a la cual no soportas ver. 

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora