98⛥The Plan

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Capítulo dedicado a EmiliaBolado

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Capítulo dedicado a EmiliaBolado

-Hemos acabado por hoy.

Rodé los ojos cuando todos se levantaron con una expresión de alivio en sus rostros.

La última media hora había sido insoportable. El discurso que me recitó Deimos parecía incluso preparado horas antes. Mentí, pero en el fondo nadie se había creído el hecho de que Aradia no había acudido a mi llamada. Dejamos los libros en el suelo y nos quitamos las togas a la vez. Abroché bien los botones de mi mono azul para después tenderle mi toga a Richard, quien volvió a ofrecerse para llevar las de todos al baño.

Cada uno volvió a coger su daga de la mesa de los materiales y tras meter la mía en mi bolsillo trasero decidí acercarme al único que intentaba mantener mi razón emergida.

-No comprendo la razón de tu enfado. -susurré una vez cerca de Deimos, observando de reojo cómo todos iban abandonando la sala.- De todas maneras la invocación a sido nefasta. En el fondo sabía que Aradia no acudiría a mi llamada.

Hice un esfuerzo descomunal para mantener mi semblante firme cuando sus oscuros ojos me enfocaron.

Demasiadas mentiras estaba coleccionando, y era cuestión de tiempo que todo estallara en mi contra. Llevé mis manos a su jersey de punto blanco y empecé a quitar pelusas imaginarias.

-De acuerdo... -suspiré, mordiendo el interior de mis mejillas con fuerza.- Siento haber desobedecido su orden, amo.

Como cada vez que le llamaba así su mirada se suavizó. Ladeé la cabeza y opté por atreverme a volver a unir mis labios con los suyos.

Éstos habían estado separados durante mucho tiempo y con los planes que mi mente empezaba a idear era bastante posible el no verlos por un tiempo.

Cuál fue mi sorpresa que a milímetros de éstos él optó por mirar hacia otro lado. Mis labios impactaron contra su mandíbula y con una mirada de fastidio mordí ese lado con fuerza. Me alejé sonriendo al ver su mueca de dolor. Su mano viajó al instante hacia su mandíbula y la masajeó con suavidad, dramatizando. Elevó las cejas y podría jurar el haber visto un indicio de sonrisa en sus labios. Ya me había disculpado, ¿qué más quería?

No obtuve ninguna respuesta verbal, ya que su mirada me dejó más que claro su desaprovación por lo que había hecho.

-Con que Jacob tenía razón...

La voz de Alexander nos separó automáticamente.

-Ni una palabra de ésto. -le amenazó Deimos al instante, señalándolo con el dedo índice a la vez que echaba a caminar hacia él.

Alexander alzó las manos en señal de paz cuando pasó junto a él.

Ambos observamos en silencio su seguro caminar hacia las escaleras. Mi mejor amigo pasó un brazo por mis hombros a la vez que seguíamos sus pasos.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora