-¿Algo que desea confesar?Alexander me tomó con fuerza del brazo derecho para impedir que hiciera avance alguno. La sangre se heló bajo mi piel ante el silencio en la sala.
Eddy no me dirigió mirada alguna, solamente mantuvo la cabeza baja ante la presencia del primero de los Amos.
La mujer retiró el libro de en frente de nosotros y encaró a Eddy.
-El grimorio de Armadel es uno de los más poderosos grimorios jamás hallados- habló con cierto enojo en la voz.- ¿Confesará la causa de lo que acaba de ocurrir?
Miré a todos a mi alrededor.
Richard y Jacob bajaron la cabeza, mientras Tracy intentaba no dejar caer las lágrimas de sus ojos. Alexander, por lo contrario, logró detener mi cuerpo. Mas no mis labios.
-¡Hechizos!- grité sin lógica alguna, perdiendo los nervios cuando el más joven de los Amos agarró con fuerza a Eddy del brazo.
-Explícate- me ordenó la mujer.
Podía sentir las quemaduras de la mirada de Eddy sobre mi piel. Pero no pensaba dejar que cargara él solo con algo donde yo e sido la causante.
Jalé mi brazo con fuerza, liberándome así del agarre de Alexander.
Di un paso adelante.
-A-Antes de venir aquí, le sugerí a... a nuestro Amo que hiciera un hechizo de protección- titubeé, guiándome de las estupideces que mi mente maquinaba, intentando que todo tuviera lógica- Él fue el encargado de llevar a cabo el hechizo pero éste salió mal. Nuestro Amo a estado bastante débil hoy a causa de ello. Y supongo que... supongo que el libro detectó algo raro por...
-¿Un hechizo? ¿Un día antes de la ceremonia?- preguntó el más joven, soltando el brazo de Eddy- ¿Acaso debemos de recordarle las reglas, Douglas?
Agradecí el que no me dejarán acabar mi explicación porque no tenia ni idea de por dónde encajar las cosas.
-¡A sido mi culpa!- bramé, sin poder controlar mis nervios. Mi vista se posó sobre la mujer, quien se encontraba a unos cuantos centímetros de mí- Yo le insistí sin tener idea de nada... como siempre- suspiré, sintiendo mis ojos escocer al cruzar miradas con Eddy.
Hubo otro breve silencio.
En ningún momento Eddy dejó de mirarme. Sabía la furia que debía de estar recorriendo sus venas. Sabía bien el control que estaba ejerciendo en ese momento para no abrirme la cabeza con el grimorio.
-Entonces seremos justos- dictó la mujer, encarando a Eddy- Señor Douglas, ya que usted no tuvo dicha idea, el castigo se aplicará a-
-¡No!
Cerré los ojos ante la rabia de su voz.
-Yo soy el Amo, por lo que yo me ofrezco para el castigo.
-Creemos que lo mejor será que la culpable decida.- opinó una del público.
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AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|
Romance[PRIMER LIBRO TRILOGÍA AMOS] Érase una vez un ángel y un demonio. El ángel conquistó al demonio con su perversa mirada y el Demonio conquistó al ángel con su inocencia. Desafiando las reglas de sus creadores se atrevieron a enamorarse. Así como es...