55⛥Traitor

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La sorpresa inundó su rostro en cuanto entré a la zona de presos de comisaría.

Sólo había dos personas. Una dormía, mientras que la otra me observaba incluso con cierta desconfianza. Llevé mis manos a mi espalda y me limité a observarle con determinación y curiosidad.

Curiosidad por saber qué era lo que recorría su mente sabiendo quién era la persona que le estaba observando con una media sonrisa y mirada fija. Debía de darle su mérito por haberme casi convencido en la capilla de que era un simple chico drogado y perdido.

-¿Cuál es tu nombre?- pregunté.

Hubo un breve silencio en el que sólo se escuchaban nuestras respiraciones.

-Andrew.

Asentí lentamente.

-Quiero saber el porqué de tu presencia en Salem.- dije en voz baja ante la posibilidad de que pudieran oírnos los policías que guardaban la puerta.

Una mueca de disgusto cruzó su rostro para después sonreír con hipocresía.

-Eres la primera lilim en andar entre humanos, ¿y ni siquiera puedes descubrir ésto sin ayuda?

Mi mandíbula se tensó ante tales burlas.

Mi mirada profunda no titubeó ni un segundo.

-No necesito que alguien más me lo recuerde- dije bajo su burlona sonrisa- Te propongo algo. Si me dices el porqué de espiar mi orden, intentaré que te dejen salir de aquí.

Una gran carcajada salió de sus secos labios.

-¿Me crees imbécil? Sé bien que la única manera de salir de aquí es envuelto en una bolsa. No me dejaréis ir, no corriendo el riesgo de que cuente toda la verdad a mi amo.- dijo entre dientes.

Inspiré hondo y rodeé con mis manos los fríos barrotes de su celda.

-Mientras sigas aquí, no pondrán un dedo sobre ti. No tienes manera de saber si estoy mintiendo o diciendo la verdad. La decisión es tuya.

Su sonrisa se borró lentamente de su rostro para después dejarse caer con cansancio contra la pared. Miró detenidamente en silencio la puerta, antes de volver a mirarme con una mirada que gritaba lo ansioso que estaba por salir de aquí.

No le había mentido. Hablaría con Eddy en su momento y le haría saber de la cooperación del intruso. Pero cuando estuve casi convencida de que su lealtad hacia su orden era más fuerte que las ganas de salir de aquí, habló demostrándome todo lo contrario.

-Tu amo debería de vigilar bien a los integrantes de su orden.

Mi ceño se frunció y sentí mi interior sufrir un ligero temblor ante lo que podrían suponer sus palabras.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora