37⛥Fear

4.1K 647 40
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


-Iba conduciendo de vuelta a casa cuando vi la silueta de un hombre en frente de mí. Perdí el control del volante al intentar esquivarlo y acabé chocando contra un árbol- expliqué-  Ese hombre que más tarde desapareció fue el causante de esto- arremangué mis brazos para mostrarles las más de diez tiritas en mis brazos.- Tenía los brazos llenos de sangre y cuando Ed... cuando el Amo se acercó a ayudarme, tocó mi sangre y ambos fuimos arrojados a un lado de la carretera. 

-Como imanes...- susurró Tracy, acariciando suavemente las tiritas de mi brazo derecho.

Asentí.

-E estado revisando noticieros y pasó todo tras el accidente. Ambos estuvimos inconscientes por un tiempo. Y durante ese tiempo fue donde se manifestó el temblor.- explicó Eddy.

-Qué extraño todo...- susurró Richard, observando cómo yo volvía a bajar las mangas de mi toga.- ¿Alguien más a tocado antes tu sangre?

Fruncí el ceño.

-No que yo recuerde- contesté, observando cómo Eddy ladeaba la cabeza.

Por su mirada podía intuir que algo había cruzado su mente.

-Buena idea, Richard- dijo, echando a caminar hacia la mesa de materiales. 

Volvió al triángulo con un simple cuchillo.

-Me gustaría proponerte algo- se dirigió a mí- Me gustaría poder observar si ocurre lo mismo con los demás.

No hacía falta que explicara mucho más. 

Suspiré, observando de reojo a Alexander, quien miraba desconfiado el cuchillo que poseía Eddy. Básicamente sería hacerme un corte y manchar con mi sangre la mano de cada uno. Eddy hizo un movimiento con la cabeza y Hades alzó el vuelo. 

Inspiré hondo y asentí, de acuerdo con su idea. Al fin y al cabo sería algo que nos serviría como un avance en éste extraño descubrimiento. 

-¿Esto es seguro?- preguntó Priscila.

Medio sonreí al ver a Tracy rodar los ojos. No era ningún secreto que su presencia no era bienvenida en éste grupo. Seguía sin comprender su presencia, a decir verdad. 

-¿Quieres la verdad o la mentira?- preguntó sarcásticamente Jacob.

No hizo falta obtener respuesta de Priscila. 

-Formad una fila recta, por favor.

Tras obedecerle, Eddy me tendió el cuchillo.

Al tenerle cerca, fijé mi mirada en la herida de su labio. Su hinchazón había disminuido y poco a poco estaba adoptando un color morado. Notó dónde estaba puesta mi mirada, y hasta que nuestras miradas no se entrelazaron no habló.

-El procedimiento será hacerte un pequeño corte. Irás uniendo tu mano con cada uno de los presentes- explicó tendiéndome el mango del cuchillo- Se bien que no necesitas ayuda.

AMO© |TRILOGÍA AMOS 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora